Javier de la Calle.
No se ha celebrado la ceremonia de apertura pero los problemas de los inmigrantes islámicos ya han aflorado con graves incidentes en uno de los primeros partidos de los Juegos Olímpicos, el que han disputado Marruecos y Argentina en el torneo de fútbol.
Marruecos se adelantó en el marcador, pero el empate de Argentina en el añadido sentó fatal a los salvajes aficionados marroquíes, que llegaron a saltar al campo y lanzar objetos.
El árbitro suspendió el partido, y en una decisión sin precedentes, anuló un gol a Argentina. En un país donde el fútbol es religión, los albicelestes han elevado la voz, e incluso han denunciado sufrir robos.
En Argentina han puesto el grito en el cielo por el salvajismo de Marruecos, mientras la prensa europea silencia los problemas exportados.