Aunque podemos sentir ira y frustración a raíz del trágico evento de esta noche, es crucial que respondamos con sabiduría y gracia. Como director ejecutivo de Gab, insto a todos los usuarios a que se abstengan de publicar amenazas de violencia o incluso de insinuarlas remotamente. Gab rechaza todas las amenazas de violencia y tiene tolerancia cero con ellas en nuestra plataforma. No publiques nada tonto en Gab ni en ningún otro lugar en línea. Nuestros enemigos te están observando de cerca. No publiques ninguna amenaza. Si ves que alguien publica amenazas, utiliza el botón de denuncia para informar a nuestro equipo de moderadores.
No debemos dar a nuestros enemigos ninguna razón para encerrarnos o silenciar nuestras voces.
En lugar de eso, contraataquemos con nuestras palabras, nuestros votos y nuestro compromiso inquebrantable con la libertad y la justicia.
Debemos ser prudentes como serpientes e inofensivos como palomas, como dice la Biblia. Que este trágico día sirva de recordatorio de que nuestra unidad y nuestra fe frente a la adversidad son nuestra mayor arma contra quienes buscan destruirnos. Oramos por las familias de las víctimas y por la sanación de nuestra nación. Mientras lamentamos este ataque y esta pérdida devastadores, mantengámonos firmes en nuestra resolución de proteger nuestras preciadas libertades y los valores que nos unen.
Después de los acontecimientos de esta noche, he llegado a la conclusión de que ya no quiero tener ningún tipo de relación con ningún liberal. Con nadie.
Ni en la comunidad, ni en la iglesia, ni en ningún otro lugar. Las razones de esta decisión se basan en la creencia de que estar cerca de estas personas supone una amenaza para nuestra cordura, nuestra seguridad y nuestras familias. En primer lugar, el bombardeo constante de ideologías y creencias liberales se ha convertido en una fuente de agotamiento mental y emocional. Los debates interminables, la necesidad constante de defender nuestros valores y la presión incesante para adaptarnos a su visión del mundo han hecho mella en nuestro bienestar mental. Estas personas están locas y, al relacionarnos con ellas, permitimos que su locura nos infecte.
La seguridad de nuestras familias y comunidades está en riesgo cuando nos asociamos con liberales. La narrativa liberal a menudo promueve un sentimiento de victimización, división y caos, lo que conduce a protestas violentas, destrucción de propiedades e incluso daño físico a quienes se atreven a oponerse a sus puntos de vista, como presenciamos esta noche. Debemos priorizar la seguridad y el bienestar de nuestros seres queridos distanciándonos de quienes suscriben ideologías tan destructivas. Aléjese y manténgase alejado de estas personas.
Además, la agenda liberal a menudo busca socavar el tejido mismo de nuestra sociedad atacando los valores e instituciones tradicionales. Su incesante búsqueda de políticas y agendas progresistas ha erosionado la santidad de la familia, la importancia de la religión y el valor del trabajo duro y la responsabilidad personal. Al distanciarnos de los liberales, podemos proteger a nuestras familias de la influencia corrosiva de estas ideologías tóxicas y preservar los valores que han hecho que nuestras comunidades sean fuertes y resilientes.
Por último, es esencial reconocer que a los liberales no les interesa el diálogo genuino ni el entendimiento. Se conforman con desestimar los puntos de vista opuestos como «discurso de odio» o «intolerancia» sin entablar ninguna conversación significativa. Esta falta de honestidad intelectual y de mentalidad abierta hace imposible construir puentes y encontrar puntos en común.
Es mejor alejarnos de estos intercambios infructuosos y centrar nuestras energías en cultivar relaciones con personas que piensan como nosotros y que comparten nuestros valores y creencias. La decisión de cortar todos los lazos con los liberales es un paso necesario para proteger nuestra cordura, nuestra seguridad y nuestras familias. Al distanciarnos de quienes promueven el caos, la división y la erosión de los valores tradicionales, podemos crear un entorno seguro y propicio donde nuestras creencias y valores puedan prosperar. Mantengámonos firmes en nuestras convicciones y rodeémonos de quienes comparten nuestra visión de un futuro mejor.
En estos tiempos tumultuosos, es más importante que nunca recordar las inspiradoras palabras que pronunció el presidente Trump esta noche al levantarse del suelo: «¡Luchen! ¡Luchen! ¡Luchen!», mientras seguimos luchando por el alma de nuestra nación, nuestra cultura y nuestro pueblo. Las fuerzas que buscan socavar nuestros valores, tradiciones y forma de vida son implacables, pero también lo es nuestra determinación de preservar y proteger todo lo que apreciamos.
Que Dios tenga misericordia de nosotros.
Andrew Torba
, director ejecutivo de Gab.com
Cristo es Rey