Javier de la Calle.
Los periodistas deportivos han otorgado a Kylian Mbappé la etiqueta de jugador de la juventud que crece embaucada por las pantallas. Las parejas de los futbolistas tradicionalmente han ocupado un destacado espacio en las revistas, pero en los perfiles sobre Mbappé se está realizando una omisión deliberada. Mbappé es un jugador tan «avanzado», y tan destructor de la civilización, que es la primera estrella a la que se le conoce una relación con un transexual. El delantero francés fue pareja de Ines Rau, quien cambió de sexo a los 16 años.
En pleno mes del Orgullo, los medios evitan este detalle como si fuese vergonzoso, aunque luego se llenan la boca predicando que existe transfobia. «La Tortuga» aterriza en una España en la que otra persona trans, Elizabeth Duval, ocupa un relevante cargo en Sumar. El círculo se cierra. ¿Irá Elizabeth Duval al palco del Bernabéu para ver a Mbappé junto a Florentino?
Si a eso unimos además que fue de los primeros deportistas en doblar la rodilla ante los delicuentes del BLM, que Nike le patrocina para que lleve promoviendo la depravación woke y que fue usado para la promoción de la timo vacuna estamos ante un pozo de mierda que recala en la cloaca globalista del Real Madrid de Florentino Pérez.