Presten atención al mensaje casi subliminal que yace bajo el monólogo de la anciana que habla al dictado de la agenda global. No aparece la palabra suicidio. Ni eutanasia. Pero, apoyándose en otra mentira globalista que es la «superpoblación del planeta», se plantea la necesidad de que los ancianos deban morir para dar paso a las generaciones más jóvenes.
El control poblacional es parte fundamental de la esencia de la agenda global y su estrategia a corto y medio plazo conocida como agenda 2030.