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La Virgen de Lourdes y Bernadette Soubirous nos avisaron de la superstición cientificista

Redacción




Enrique de Diego.

El mensaje de la Virgen en Lourdes y de Bernadette Soubirous es más actual que nunca, hay que aprenderlo con toda urgencia porque es tan universal como apremiante.

Pero veamos antes quién es Santa Bernadette, gigante de la santidad, y los hechos que ocurrieron en la cueva de Massabelle.

Bernadette es una joven cariñosa, alegre y muy responsable. nacida en Lourdes el 7 de enero de 1844, del matrimonio de François Soubirous y Luisa Cásterot, que tuvieron 9 hijos de los cuales 5 murieron a corta edad. Su padre es molinero pero desde los 10 años hasta los 14 que tiene en este momento, viven en una situación de extrema pobreza, pasando hambre física. Viven en una sola habitación, lóbrega; en el antiguo calabozo, desalojado por insalubre porque no es digno ni de los españoles.

Santa Bernadette Soubirous.

Sin embargo, es una familia muy unida por los lazos del afecto, y nunca oyeron discutir a sus padres, ni echarse en cara la culpa de su mala fortuna. La familia, a veces con el estómago vacío, reza el Santo Rosario todos los días, devoción que la practica Bernadette en sus tiempos de pastorcilla. Como es la mayor, tiene que cuidar de sus hermanos pequeños y no ha ido a la escuela, habla el idioma de la región, el patois, y no sabe hablar francés, ni leer ni escribir. Tampoco ha conseguido saberse el catecismo por lo que anda retrasada para hacer la Primera Comunión, lo que tanto ansía, porque durante toda su vida será una enamorada de la Eucaristía. Esta adolescente, de la familia más pobre de Lourdes, pero nunca se queja.

Bernadette tiene mala salud; padece asma. Está malnutrida. Hace 3 años, Lourdes padeció una epidemia de cólera en la que murieron cerca de 30 personas. Ella fue afectada. El pan de maíz que come la familia le produce dolores de estómago, por lo que su madre le consigue pan blanco, que ella comparte, a escondidas, con sus hermanos; el más pequeño llega a ir a la Iglesia para comer la cera de las velas que cae en un oficio de difuntos. Es la viva imagen de una perdedora en una familia de perdedores, pero no se la escucha ni una queja, ni un lamento. Siempre está alegre, incluso es traviesa. Es generosa, responsable, una mujer de carácter forjado en las dificultades, que no se doblega, virtudes que pondrá en práctica cuando la tormenta se abata sobre ella.

Lourdes es una localidad de 4510 habitantes, con un hermoso castillo, que es acuartelamiento y polvorín, tiene comisario, procurador imperial y juez de paz. Tiene una economía basada en la agricultura y la ganadería y también tiene canteras.

En el siguiente enlace hay una biografía extensa de Bernadette, narrada por el Padre Ángel Peña:

Y esta película cuenta los hechos con bastante exactitud. Es un film espléndido que hubiera merecido varios Óscar, a la mejor actriz, Bernardette, al mejor actor, el párroco Pauramale, y donde todos los actores brillan a gran nivel, desde la pequeña Toinette, la hermana de Bernadette, hasta la madre y todos los actores en general:

Bernardette va el 11 de febrerode 1858 a la cueva de Massabielle a recoger leña y huesos para vender, con su hermana Toinette y la amiga de ambas Juana Abadie. La cueva está en la ruta de los cerdos. Toinette y Juana curzan el río Gave, que se encuentra a los mismos pies de la cueva y Bernadette se retrasa por el agua fría pidiendo que echen unas piedras grandes al río. De pronto siente como un vendaval, como cuando se aproxima la tormenta. Mira asombrada y no ve nada. De nuevo el rumor del viento, mira hacia el interior de la ruta y allí ve con claridad a «aqueró», la Señora, una mujer de extraordinaria hermosura, vestida cn una túnica blanca, con un lazo azul a la cintura, dos rosas amarillas en los pies, los ojos azules, tocada con un velo, que la sonríe. Esa imagen será central en su vida y nace la necesidad de volverla a ver. Antes de morir, Bernadette dirá: «¡Oh!, sí, tan hermosa que cuando se la ha visto una sola vez se desea morir para volver a verla». Ella siente la necesidad de arrodillarse y tomar el Santo Rosario que siempre le acompaña.

En cierta versión piadosa de los fervorosos de Lourdes existe la impresión de que en la historia de Bernadette no hay malos, todos responden a su rol, el párroco y el obispo a su función de prudencia -el obispo ha emitido una nota advirtiendo sobre oraciones supersticiosas a la Virgen María-, al comisario a velar por el orden público aunque eso le lleve a utilizar la miseria de Bernadette y la amenace reiteradamente con la cárcel sino dice que es una impostora, pero lo cierto es que Berndette destaca sobremanera sobre el paisaje mediocre, fatuo y cientificista del silo XIX, y ella sola, con la ayuda de la Virgen, y el sensum fidei del pueblo fiel que la irá creyendo a la vista de sus éxtasis y luego en las sanaciones. Pero en estos primeros compases Bernadette está sola, ni las Hermanas del Hospicio la acompañan, ni el clero, ni su familia, ella con una fortaleza que sale de la Virgen defiende la Verdad contra viento y marea, contra vejaciones, bofetadas y amenazas. Bernadette enamora por su entrega, por su fortaleza, por su paz de ánimo.

La Virgen sonríe mucho en Lourdes a la tenaz Bernadette, un instumento fiel y eficaz. Sonríe cuando en la segunda visión Bernadette la tira agua bendita, para confirmar que es una Cristura del Cielo, y le dice «si vienes de parte de Dios, ¡quedaos!». En la tercera, Nuestra Madre le dice, con todo el respeto, «¿Quieres hacerme el favor de venir aquí durante quince días?» y le revela que «No te prometo hacerte feliz en este mundo pero sí en el otro», el que de verdad importa, Es un mensaje válido para todos. Estamos en este mundo para salvarnos, el fracaso absoluto es fallar en eso. Es la lógica de Dios.

Hete aquí que la perdedora se torna la gran vencedora, y nunca podrá precio a su triunfo y a Aqueró, nunca aceptará dinero, con un rechazo al mundo que corre alocado, con codicia, tras las riquezas. Vanidad de vanidades y todo vanidad. Ni 2 francos le permite recibir a su hermano, se los hace devolver. Bolsas enteras de dinero las devuelve Bernadette con olímpico desprecio, porque no se negocia con las cosas de Dios y de su Santa Madre. La Virgen sabe bien a quien ha escogido para su mensaje fundamental al mundo, que todavía no ha sido suficentemente escuchado, ni suficentemente dado a conocer.

El infierno rabia ante el mensaje fundamental de la Virgen que nos va transmitir a través de Bernadette y en la 4ª aparición en el fonodo de la cueva unas voces guturales y atropelladas, en tropel, se les escuha decir como dirgiéndose a la Virgen: «¡Huye! ¡Huye!». Hasta que la Soberana Señora de todos los Pueblos con autoridad los manda callar y se ponen en fuga.

En la 8 aparición Bernardette se nos muestra como una Profetisa veterotestamentaria. Grita a la multitud lo que le ha dicho Nuestra Madre: «¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!».Los concurrentes se arrodillan ante el grito imperioso. Bernadette está como transfigurada. Al fatuo, estúpido y cientificista siglo XIX -todo se explica por la ciencia, cuando nada se explica por ella- le toca doblar la cerviz si quiere salvarse. Sólo se arrepienten los sabios, cristianos corrientes, tildados por los funciomarios de la ciencia como fanáticos.

En la 9ª aparición se va a producir un hecho sorprendente que conmociona a los asistentes al no entenderlo y no pocos dictan su sentencia precipitada: «¡Está loca!». Bernadette se incorpora y se dirige hacia el río Gave. Rectifica, vuelve sobre sus pasos, y empieza excavar debajo de la roca, pero el agua sale turbia y Bernadette no puede hasta el cuarto intento, en el que bebe barro y se mancha la cara, el mentón. Luego mirando a la Madre coge tres puñados de hierba, una dorina, como un trébol muy verde; era una planta muy dura. Bernadette explica que ha seguido las indicaciones de la Señora. Se interpreta como un gesto de obediencia y humildad por la conversión de los pecadores. Sor Emmanuel Maillard, una monja muy relacionada con Medjugorje dice que es un gesto de irracionalidad frente a la divinización de la diosa razón por los herederos de los revolucionarios. De inmediato volveremos a este hecho nuclear, que implica el gran, el enorme mensaje de la cueva de Massabielle donde la Virgen da toda una lección a un mundo que se va a corromper aún más.

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Nuestra Madre ha sonreído cada vez que, por indicación del párroco Peyremale, Bernadette le ha preguntado quién es, cómo se llama. Mientras tanto Bernadette se ha referido a ella como «aqueró» en patois. Es como si la Virgen se riera de que Bernadette no sepa quién es porque es de cajón. Por fin, el 25 de marzo de 1858 Bernardette se arma de valor y le hace la pregunta tres veces y a la tercera le dice «Yo soy la Inmaculada Concepción». Cuando va decírselo al buen cura, repetiendo continuamente por el camino para que no se le olvide, el cura se sorprende y cambia de actitud hacia las Aparaiciones, porque Bernadette ni sabe ni puede saber qué es la Inmaculada Concepción, dogma mariano establecido en la Inneffabilis Deu, el 8 de diciembre de 1854, es decir, cuatro años antes, por Pío IX.

Pero lo que de verdad cambia el ambiente ante las 18 visiones es, como así lo recoge en el documento el obispo de Tarbes, reconociendo la sobrenaturalidad de todo lo acontencido en Lourdes, es el sensum fidei del pueblo -esos pretendidos fanáticos para los engolados masones e ilustrados liberales-, el sentido instintivo cristiano ante lo sobrenatural, ante el milagro, que ve en el manantial del que ha bebido sólo barro Bernadette, y que pronto se convierte en un hilo de agua, una fuente de gracias y de sanación. Jesús tiene entrañas de misericordia y su Madre, Nuestra Madre, también, ya que somos sus hijos.

La primera curación es la de Carolina Lutapie que vareando una encina para dar de comer a los cerdos se ha caído y aunque le han colocado el brazo dislocado, dos dedos quedan retorcidos y paralizados; cosa grave para una mujer que precisa trabajar. Mete las manos en la fuente y de inmediato sus dedos vuelven a la normalidad. Otra curación es la de Louis Bouriete. En Lourdes hay mucho trabajo en las canteras y un día la pólvora estalla antes de tiempo y a Louis una piedra le da en un ojo. Lo que viene después es una historia de sufrimiento irrestricto, de ingreso en un manicomio; cuando se sosiega, el ojo está perdido, pero no para el agua de Massavielle, se frota y se cura. Una madre acude con su hijo de corta edad y moribundo; pero una madre, y la Virgen es Madre, no para hasta sacar adelante a su pequeño; lo sumerge en el manantial durante un cuarto de hora y el niño sana; el obispo de Tarbes reseña diez curaciones inexplicables para la ciencia, pero qué ciencia.

En Lourdes funciona una Comisión médica que certifica curaciones «inexplicables para la ciencia», han de ser permanentes. Una Comisión de 30 especialistas que se reúne una vez al año ve los casos en segunda instancia y si los aprueba, los manda al Obispo de la diócesis de donde proviene el curado y a su vez tiene que establecer una Comisión que da el visto bueno. Con este medio garantista, prolijo y tedioso se han certificado más de setenta curaciones milagrosas. Cada año se seleccionan 5o expedentes de las miles de curaciones.

Y seguro que no se contabilizado lo que nos contó una señora de su madre cuando visitamos mi esposa y yo a una enferma en el Hospital General de Elche. Su madre estaba enferma de cirrosis con gran cantidad de agua en el vientre y se empeñó, con toda fe, en ir a Lourdes con la ilusión de sanarse. Una noche, para que no la vieran, se zambulló en una de las psicinas y quedó inmediatamente curada, de forma que hizo vida normal, bebiendo vino, hasta su muerte.

Como anécdota, cabe citar el fraude del farmacético local, Latour, que hizo unos prentendidos análisis de las aguas de manantial llegando a la conclusión de que tenían propiedades curativas. ¡Desvelado el misterio! El alcalde ya se vió en vez de con una Basílica como propietario de un Balneario. Enviadas las aguas al Profesor Filhol se descubrió el fraude, pues las aguas era como las de todos los acuíferos de los Pirineos, idénticas a las del río Gave. La denominada ciencia abunda en estos fraudes clamorosos. Porque la prentendida «ciencia» no es más que una superchería, una superstición clamorosa y destructiva, y ese es el gran mensaje de Lourdes, de candente actualidad.

Alexis Carrel.

La salvación de los pecadores y la sanación de los enfermos: Alexis Carrel y Marie Baully

A Nuestra Madre -la Inmculada Concepción como se presenta a su hija Bernadette- lo que le gusta es unir la salvación de los pecadores y la sanación de los enfermos. Ocurrió en 1902, un médico ya consagrado, Alexis Carrel, se ofrece a cubrir la baja de un compañero que, por complicaciones de última hora, no puede viajar en tren con los enfermos a Lourdes. A Alexia Carrel le pica la curiosidad de los milagros que se producen en Lourdes. Se m0nta en el tren y en la expedición elige a la enferma que será objeto de sus desvelos. Se llama Maria Bailly y sufre una perionitis tubercolosa, dolencia de la que han fallecido sus padres, que la tiene a las puertas de la muerte. Va apuntando sus síntomas, su evolución. La observa detenida y preferentemente. María Bailly va curarse enteramente en Lourdes bajo la mirada atenta y asombrada de Alexis Carrel.

Su escepticismo salta hecho añicos. El caso Bailly es el dosier 54. Alexis Carrel narró su experiencia en el libro «Le voyage de Lourdes». El clima se enrarece a su alrededor y marcha a Canadá y luego a Chicago. En 1917 ganó el Premio Nobel de Medicina por sus trabajos en cirugía vascular. Debe ser considerado el padre de los trasplantes. Desde joven se dedica a reconstruir arterias; idea una técnica por la que da cortes en los extremos de las arterías y les da la vuelta, así consigue evitar las hemorragias postoperatorios y la formación de coágulos. Es tan precedente, como he dicho, de la cirugía de trasplantes que en 1907 intenta el de corazón y pulmones en un perro. Será Lourdes lo que marcará toda su vida: Alexis Carrrel se convierte al catolicismo y seguirá siendo un buen católico toda su vida.

La perversión de la ciencia: nazismo y comunismo

Lourdes es la confrontación con la ciencia del milagro. Pero de una ciencia perversa que puesta en marcha como cientificismo, como superstición dogmática, dará lugar a los totalitarismos del siglo XX. El nazismo tuvo mucho de dictadura sanitaria y de ciencia genetista, de eugenesia. El 1 de septiembre de 1939, Hitler ordenó el exterminio de los insanos crónicos y de los incurables. Lourdes al revés; los quiere y los abraza. La tarea estuvo a cargo de médicos y enfermeras SS que de ese modo adquirieron experiencia en la selección y la muerte por gas de grandes cantidades de personas. Este programa, que determinó la muerte de 70.000 alemanes, no pudo ser mantenido en total secreto. Dos destacados eclesiáticos alemanes, el obispo Wurm, de Wütteumburg, y el obispo-conde Galen de Munster, protestaron; fue la única vez que la jerarquía alemana elevó con éxito su voz irritada contra los crímenes nazis y, a fines de agosto de 1941, una llamada telefónica de Hitler suspendió el programa. Sin embargo, los «centros de eutanasia» no fueron clausurados y se pusieron de nuevo en marcha con la «solución final» que marcó el intento de exterminio de la raza judía según los principios «científicos» de la pureza racial aria, en el que participaron 350 médicos SS, uno de cada 300 de los titulados en Alemania.

El comunismo, igualmente, se pretendía «científico», y creyó eliminar la religión en nombre de la ciencia marxista del materialimo dialéctico. La oposción era considerada una enfemedad mental y desde la primera fase de gobierno de Lenin hasta principios de los años ochenta, siempre se trató el disconformims como una enfermedad mental y los disconformes corrieron el riesgo de verse sometidos a «tratamiento» en hospitales psiquiátricos especiales. Bajo el dogma de la «ciencia» con Stalin se llegó a auténticas excentricidades. La biología soviética cayó en manos del fanático y excéntrico T.D.Lysenko, que predicaba la teoría de las características adquiridas por herencia y lo que él denominaba la «vernalización», la transformación del trigo en centeno, de los pinos en abetos, etc. También se destacó en el reinado del terror otro charlantán de la agricultura, V. R. Williams. En medicina, una mujer llamada O.B. Lepeshinskaya afirmaba que podía postergarse la ancianidad mediante enemas de bicarbonato de sodio. En China los trasplantes humanos han dado lugar a un floreciente y jugoso tráfico de órganos humanos que se extraen vivos de los disidentes, muchas veces religiosos, muchas veces mártires cristianos.

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La medicina homicida no sana nunca

Volvamos a la gruta de Massabelle, donde la Virgen indica que beba de un manantial que Bernadette descubre bajo la roca y coma hierbas. ¿Gesto de obediencia? Nuestra Madre no gusta del servilismo. ¿Gesto de irracionalidad para epatar al burgués? Dios, y por ende la Virgen, no pueden ir contra la razón de la que Dios nos ha dotado, creaturas hechas a imagen y semejanza. Esa escena contiene una lección, un mensaje que podríamos llamar naturista: la Virgen parece indicar que debemos buscar la sanación en la fe, desde luego, y en la naturaleza, en el orden natural, en el agua pura y en las plantas medicinales, porque la medicina bajo la superstición del cientificismo se ha tornado, desde hace décadas homicida. Las que se denominan medicinas alternativas sanan.

Lo que se llama medicina no sana, no cura, sólo está al servicio de las farmacéuticas, son expendoras de productos dañinos de las farmacéuticas, que corrompen a los médicos con dádivas y subvenciones. Tengo 67 años y nunca he oído a nadie que haya sido sanado por la «medicina», siempre he escuchado que está siendo tratado, como enfermo crónico, como cliente habitual de las farmacéuticas. Recuerdo que en mi ciudad la gente pudiente te solía decir «sí, ha muerto, hemos hecho todo lo posible, le hemos llevado  la Clínica Universitaria de Navarra y no se ha podido hacer nada». El prestigio estaba en ser un tanatorio de lujo. La farmacopea real, sanadora está en las plantas y en el agua. En el retorno a la naturaleza, al orden natural de las cosas. Pienso en el gran médico segoviano del siglo XVI, Andrés Laguna, que en la última etapa de su vida se dedicó a recopilar plantas medicinales en un magno Dioscórides.

La medicina se ha tornado homicida, los Hospitales son campos de exterminio, y los estudios de Medicina resultan inservibles para su fin último: sanar, Y han devenido en asesinos. Han sido preparados para ello en una tenaz inmersión en la cultura de la muerte, mediante prácticas abortivas y de eutanasia. Y bajo la falsedad de la «ciencia» ha retornado la eugenesia con más fuerza que con los nazis y la esclavitud con mayor intensidad que con el comunismo.

La gran mentira ha sido, en 2020, la plandemia del coronavirus, excusa con la que se han asesinado a ancianos, 140.000 en España, sin ninguna relación con el coronavirus. Las autopsias son concluyentes, en España, en Italia, en Alemanis. Murieron de desnutrición, sin personal que los atendiera en las Residencias de Ancianos; masacrados en las UCI con «protocolos asesinos», intubándoles. Luego se ofreció las timo vacunas como el remedio de fierabrás, ahitas de ARNm, que matan de repentinitis, fulminados de infarto cuando el sistema inmunológico ataca al corazón, considerándolo un enemigo, pues es rico en células AC2 donde se acopla el ARNm. Las timo vacunas, que no sirven para nada, o como dice la Catedrática María José Albarracín, «nunca se ha demostrado que una vacuna prevenga una enfermedad», ya han producido autismo, enfermedad que se ha disparado con su uso, y no existe en las comunidades amish donde los niños no son timo vacunados.

La ciencia, vocablo divinizado, en nombre de la cual sólo se venden mentiras acientíficas. El mal siempre se pretende científico. Las teorías de la eliminación del libre albedrío, en las que se encuadran el nazismo y el comunismo, y la más peligrosa de todas, el globalismo, cuyo ataque estamos repeliendo ahora, siempre han manipulado a la ciencia y han establecido dogmas que son puro artuficio, mera mentira totalitaria. mercancia gravemente averiada, verduras de las eras manriqueñas, falacias vendidas al peso. Donde menos se espera salta la liebre, en la web sccoters.com, se desmonta uno de los mitos más persistentes, estudiado en todas las escuelas adoctrinadores llenas de mitos irreductibles, refractarios a la contrastación: el big bang. La evolución es otra de las patrañas que se estudia como dogma de fe a pesar de que no hay evidencia, de que ésta está totalmente en contra, a pesar de que las mutaciones son regresivas y desaparecen, hay que repetir, eliminando el espíritu crítico, que la vida es una cadena que va de la ameba al hombre. Y las timo vacunas, en torno a las que se ha montado el gran negocio de la mentira y de la muerte: el Instituto Pasteur, las CDC, la FDA, la Agencia Española del Medicamento, Pfizer, Moderna, Johson & Johnson, AstraZeneca… Todo un entramado lucrativo de mentira y de crimen llamado ciencia, superstición irracional. El timo calentamiento global que es la más despreciable y deshonesta patraña jamás inventada, en nombre de la cual se manipula el clima, se nos fumiga con sustancias venenosas, altamente lesivas para la salud, se trata de provocar, en aras de la codicia, la sequía para matarnos de sed y de hambre. Todo es mentira en la llamada ciencia actual y de esa forma hemos desembocado en el genocidio perpetrado con el coronavirus y las malditas vacunas, hecho sobre la superstición horrenda y tenebrosa, satánica (esos horribles sonidos guturales de la cueva) de la ciencia.

Lourdes fue azotado por el cólera, Desde entonces, la canalización y depuración de las aguas, la mejora de la alimentación han aumentado la esperanza de vida. La esterilización de los instrumentos ha hecho descender la mortalidad infantil. La medicina sólo ha avanzado en el descubrimiento de los antibuóticos, un proceso natural, y en las anestesias y en la cirugía y en los traplantes, Alexis Carrel al fondo, Viaje a Lourdes.

Santa Bernadette

Santa Bernardette Soubirous, una gigante de la santidad

Bernadette Soubirous es un alma que entusiasma, que enamora, por su fina espiritualidad, por su extraordinaria humildad, por su amor sin fisuras a Jesús en la Eucaristía, por su amor tierno a la Inmaculada Concepción, por su devoción a San José y a los Ángeles Custodios, a San Bernardo de Claraval y a San Francisco de Asís; por su amor y entrega a los enfermos, a los que ella pertenecía, pues se graduó con matrícula de honor en la escuela del sufrimiento, enamorada de la Pasión del Señor, cuatro veces recibió la Unción de los Enfermos.

Siempre con las nostalgia de volver a «Aquerò», aquella Señora tan hermosa, la más hermosa, sin comparación posible. Cuando el 4 de julio de 1866 fue a despedirse de Massabielle se le resbalaron unas lágrimas y al decirla que la Virgen estaría con ella en cualquier lugar, respondió: «Oh sí, pero la gruta era mi cielo».

Profesó en la Congregación de la Hijas de la Caridad y la Instrucción Cristiana de Nevers. La maestra de Novicias, Teresa Vauzou la hizo la vida imposible, destacaba todos sus defectos y la humillaba con frecuencia. No entendía que la Virgen hubiera elegido a aquella mujer tan sencilla. Ella no hubiera cometido tal error: «No comprendo como se ha manifestado a Bernadette. Hay otras tan agradables, tan bien educadas». Cuando le hacían ver que la trataba con frialdad, y que la vejaba sin sentido, respondía: «pues yo la debo un profundo reconocimiento por el bien que ha hecho a mi alma». La Superiora, Josefina Imbert dijo en su profesión: «Esta monja no sirve para nada». Poco discernimiento tenía.

Se le desarrolló un tumor cancerígeno en la rodilla derecha. «Soy más feliz en mi cama con el Crucifijo, que una reina en su trono». Murió a los 35 años, molida con un gran de trigo. «Oh, Jesús mío, ¡cuánto te amo». Luego se dirgió a la Madre: «Santa María, ruega por mí…pobre pecadora, pobre pecadora». Fue canonizada el 8 de dicembre de 1933.

Santa Bernardita, gigante de la santidad, ruega por mí, ruega por mi familia, ruega por todos nosotros, pobres pecadores.