Enrique de Diego.
El fatuo, vanidoso y petulante, es decir diabólico de Jorge Bergoglio empieza hoy la gran apostasía bajo el nombre hortera de bolera del Sínodo de la Sinolidad. Junto a él, cardenales y obispos y funcionarios laicales de la secta bergogliana. Ya lo dijo la Virgen en Vitavechia: «satanás se está apoderando de toda la humanidad, y ahora está intentado destruir a la Iglesia de Dios, ¡no lo permitáis!» y «en Roma las tinieblas están cayendo cada vez sobre la Roca que mi Hijo Jesús os ha dejado para edificar, educar y formar espiritualmente a sus hijos». Es tal el sufrimiento de Nuestra Madre que llora lágrimas de sangre.. O como dijo la Virgen en San Sebastián de Garabandal: «Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchos más almas». O en Akita, Japón, a la hermana Agnes Katsuko Sasagawa: «La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos» y «la Iglesia estrá llena de aquellos que aceptan componendas». Nada, pues, que no esté previsto. Que nos deba llevar a hacer oración y penitencia no por el Sínodo, como ha pedido el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, que está haciendo un papelón, le mean y dice que llueve y la meada es de órdago a la grande. Si no es en desagravio por los numerosos pecados contra el Espíritu Santo que se van a cometer y la gran apostasía que se va a ejecutar.
Porque apostasía es tocar la Revelación porque eso demuestra falta de fe en Cristo y en su Divinidad y falta de fe en las Escrituras, pero «mis palabras no pasarán». Este Sínodo sin ninguna legitimidad democrática; es irrelevante, no serviría para nada, pero insisto, sín ninguna representatividad de la base, pues no ha participado casi nadie, un 0,0001, todos a sueldo, todos funcionarios eclesiales. Este Sínodo de perdición pretende refundar la Iglesia de Cristo, y eso no es posible, metafísicamente imposible; quiere cambiar el depósito de la fe, acabar con la Iglesia. Por ejemplo, quitar la homosexualidad como pecado, no se puede, porque eso representa negar validez a las Escrituras; dar acceso a las mujeres al Scrmento del Orden, es imposible, no será válida esa patraña, porque habría que cambiar la Última Cena; quitar el pecado del adulterio y tampoco puede ser porque dejaría igualemente el Evangelio sin validez, lo que ha unido Dios que no lo separe el hombre. El progresismo clerical no es más que el pecado irrestricto contra el Espíritu Santo y una forma abrumadora de satanismo. Bergoglio es un ignorante proteico, un tirano, que rompe la Comunión con Cristo, un clérigo mundanizado con otros clérigos mundanizados que, simplemente, apóstata junto a una colección de apóstatas. Tocar un solo precepto de la Revelación es tocar toda la Revelación, es tocar todas las Sagradas Escrituras, es tocar a Cristo.
Pero omnia in bonum, todo es para bien de los que aman a Dios. La gran apostasía, la gran tribulación es una oportunidad para hacernos más fieles, para hacernos mejores, para agarrarnos fuerte a la Cruz de Cristo,único camino de salvación; es una purificación. Porque Él es Camino, Verdad y Vida. Con la Comunión de los Santos, con los mártires y los santos, con la legión de fieles que nos han precedido, con la Iglesia triunfante, doy la espalda -damos- a ese Sínodo sacrílego y blasfemo, para unirme, para mantenerme en la Iglesia Católica de Cristo, porque Él nos ha redimido, ha muerto por nuestros pecados y ha resucitado y nos ha enviado al Espíritu Santo. Yo sé bien de quién me fiado.