Enrique de Diego.
La REPENTINITIS, la muerte súbita del adulto, pareja a la muerte súbita del lactante también producida por las malditas timo vacunas, se ha colado en el Campeonato Mundial Femenino de Fútbol. Olga Carmona, la que metió el gol ante Inglaterra que nos dio el triunfo, tuvo una jornada agridulce, y se puede decir que trágica, pues el día anterior había fallecido su padre, pero se le escondió la noticia por consejo de los psicólogos, esos clérigos laicos, para no desoncentrarla.
Hasta cierto punto lógico, nada que objetar, pues Olga jugó en la inopia y dio lo mejor de sí marcando el gol de la victoria. El comunicado de la Real Federación de Fútbol abunda en frases manidas y palabras vacuas: «La RFEF lamenta profundamente comunicar el fallecimiento del padre de Olga Carmona. La futbolista ha conocido la triste noticia una vez concluida la final de la Copa del Mundo. Mandamos nuestro abrazo más sincero a Olga y a su familia en un momento de profundo dolor. Te queremos, Olga, eres historia del fútbol español».
Hete aquí que Olga dedicó el gol a una amiga que ha perdido a su padre, ¿también de repentinitis? La cuestión, al margen de esa historia macabra de la Real Federación de Fútbol, es que el padre finado de Olga no tenía dolencias previas cardiovasculares, así que seguramente ha muerto por las timo vacunas, timo vacunado. Bastaría una simple autopsia para encontrar su cuerpo y su corazón llenos de tóxica y asesina proteína spike.
Olga debe hacerse estas preguntas mínimas: ¿estaba timo vacunado su padre? ¿con cuántas dosis? Y si lo estaba, ¿ha sido asesinado y por quién o quiénes? ¿Fue engañado su padre a inyectarse el veneno de muerte? Los demás pueden hacerse otra pregunta: ¿cuántos padres anónimos no tienen una hija en el mundial de Sidney y mueren repetinamente en el anonimato? Y: ¿se tragará Olga, emborrachada por el éxito, la sucia mentira del sistema?
Otro del que nos hemos enterado de su muerte es Agustín Rivera, padre del ex político Albert Rivera, que ha tenido que suspender sus vacaciones en Londres, para acudir a Málaga, adónde se habían trasladado sus padres. Tampoco Agustín tenía dolencias previas. Albert pregúntate si estaba timo vacunado tu padre y con qué dosis. Y si se ha tratado de una muerte súbita o de un asesinato con frialdad de psicópatas. Y los demás conviene que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿cuántos padres mueren súbitamente que no son padres de una celebridad, en el anonimato de su casa?
El mismo día tenemos que lamentar el óbito de Carmen Delgado, periodista de TVE, tan favorable a las timo vacunas, creadora y directora de «Lazos de sangre», sin que se informe de las causas de su muerte. ¿Estba timo vacunada? ¿Con cuántas dosis? Y nosotros nos hacemos la pregunta: ¿cuántas Carmen Delgado sin ser periodistas sucumbren en el anonimato?
Éste está siendo un verano trágico en las playas españolas, personas que caen fulminadas, varios centenares, por parada del corazón, y que salen del anonimato de su vida por un instante, sin que sepamos su nombre. Salen en la página de sucesos de la prensa regional. Esta semana, uno en Laredo, otro más en Cantabria, dos en las playas de Huelva. ¿Y cuántos que no salen en la páginas de sucesos o qué no conseguimos localizarlos? ¿Estaban timo vacunados? ¿Con cuántas dosis?
Mueren súbitamente sin que ningún medio de comunicación, salvo Rambla Libre, establezca la conexión con una timo vacunación masiva y asesina.
A nosotros, los despiertos, los que estamos en la verdad, terrible verdad, nos viene al pelo los versos de la canción: «aunque el sol ábrase los campos de trigo, aunque hiele el frío, con cantares en el pecho, sigue tu camino». Venceremos a tanto silencio cómplice y a tanta ignonimia.