Enrique de Diego.
Navalmanzano, Año 1511 de la Encarnación de Nuestro Señor.
La Posada del tío Pelao estaba abarrotada de gente joven. En sus ojos brillaba un deseo de aventuras. Yago había escuchado la llamada de los alguaciles que convocaban a recorrer el mar océano en aquellas cáscaras de nuez que llamaban carabelas. Eso a Yago era lo que más le inquietaba. ¿Cómo sería el mar? Inmenso, para el doblemente desconocido. Nunca había salido de su tierra, de los contornos de la comarca de Cuéllar, nunca había conocido más agua que los de los arroyos Malucas y Polendos, cuyos cauces, en los veranos intensos de Castilla, iban secos, y los de los ríos Cega y Pirón. Pero le había entrado el gusanillo de las Indias, de las que todo el reino hablaba. Su madre le había intentado desistir de aquella locura, pero le había dicho que iría por ver, sin tomar determinación hasta consultarla a ella y a padre.
– Bebed, que es gratis.
Yago tomó un vaso de vino que llenaba una moza con una cántara. El vino le sirvió para quitar la timidez. Un joven, ataviado con ropajes de mando militar le extendió la mano y se presentó
– Soy el capitán Juan de Grijalva.
Departieron y Yago le preguntó por el mar y los peligros que podía entrañar.
– No hay problema, pero detrás del mar hay tierras nuevas, por explorar, que ningún cristianos ha visto antes, con aves y animales para nosotros desconocidos.
– Señores, atención -era Pánfilo de Narváez que iba tomar la palabra. Recluto hombres en nombre del muy noble señor Diego Velázquez de Cuéllar, bien conocido de todos. Aquí están muchos de su parentela. Don Diego está organizando una expedición para descubrir y conquistar nuevas tierras y encontrar la ruta hasta Cipango. He sido comisionado para contratar por tres años a hombres para esa expedición. Don Diego quiere hombres leales y sabe que en su tierra ha de encontrar tal virtud viril. Se os pagará la soldada y tendréis que obedecer a los mandos con disciplina militar. La gloria os espera. Quien quiera ir que pase y firme su compromiso. Poneos en fila.
Y señalando una mesa donde había un escribano, animo a la concurrencia a alistarse. Yago se vio empujado por una extraña sensación y sin pesar en si estaba haciendo una locura, se puso en la fila.
La joven le sonrió procaz y le llenó de nuevo con vino la vasija
-La verás pero no la catarás -le dijo Juan de Grijalva.
Muchos fueron los segovianos que arrostraron peligros ímprobos y que como Yago sintieron esa sed de aventuras que les llevó a ser conquistadores. Muchos murieron en la empresa. Pero me maravilla que se embarcaran hacia un mundo desconocido desde la meseta castellana hacia el mar océano. Conquistaron otras tierras con otros horizontes que iban a cambiar el mapa del mundo.
El primer segoviano que nos reseña la historia es Rodrigo de Escobedo, que fue en la primera expedición de Colón, y como «escribano de toda la Armada» levantó Acta tomando posesión de la Isla Guanahaní el 12 de octubre de 1492. Rodrigo fue uno de los 39 miembros de la expedición que quedó en el Fuerte Navidad, primer asentamiento español en las nuevas tierras, luego todo un continente. En su segundo viaje, Colón encontró el Fuerte destruido y todos sus habitantes asesinados por el cacique taíno Caonabo.

Diego de Velázquez de Cuéllar, nacido en 1465, era de importante familia nobiliaria de mucho renombre en Cuéllar. Había servido bien en los Tercios en Nápoles, desde allí se afincó en Sevilla donde trabó amistad con Bartolomé Colón. Formo parte del segundo viaje de Cristóbal en 1493. En 1511 , Diego Colón le pone al frente de una expedición para conquistar y poblar Cuba. Es el primer gobernador de Cuba, la joya de la Corona, el fundador de las siete ciudades más importantes de la isla caribeña.

Juan de Grijalba, nacido en Cuéllar en 1490, fue encargado por Diego de Velázquez de la exploración de las costas mexicanas, con 4 navíos y 240 hombres. Exploró la península del Yucatán, su litoral Norte hasta el golfo de México. El 8 de julio de 1518 mantuvo el sangriento combate de Chakún Putum donde venció. Descubrió lo que sería el distrito de Tabasco. Un río, el Grijalva, inmortaliza su apellido. Tuvo conocimiento de la existencia del imperio azteca y de su rey, Moctezuma. Sin víveres, volvió a Cuba, donde Diego Velázquez le recriminó no haber establecido colonia. A raíz de esta desavenencia, se puso a las órdenes de otro segoviano, Pedro Arias Dávila, y participó en la conquista de Honduras, donde pereció a manos de los nativos en Oluncho en 1527.

La localidad segoviana de Navalmanzano tiene el honor de ser la cuna del conquistador Pánfilo de Narváez. Después de estar en la isla de Jamaica. en 1510 es el lugarteniente de Diego Velázquez en Cuba donde se cubrió de gloria en los duros combates y ha sido vilipendiado por Bartolomé de las Casas. Fue con ocasión de que los indios se allegaron con panes y pescados en Caonao, en el centro de la isla, cuando un español como poseído la emprendió con los indios siguiéndole todos los soldados provocando una matanza. Bartolomé de las Casas no es fuente fiable, es un manipulador. Bien pudo ser una situación de estrés post traumático la que desató las hostilidades e hicieron con el enloquecido causa común los soldados. Si es que existió. Luego veremos situaciones en que los españoles son tratados amigablemente para despellejarlos y sacrificarlos ritualmente. Sea como sea, Pánfilo no dio la orden.

En 1518, formó una nueva expedición con su secretario Hernán Cortés, que parte el 18 de febrero de 1519. Cortés funda la ciudad de Veracruz que la constituye en ayuntamiento procediendo a hacer nombramientos, situándose en posición de rebeldía. Diego de Velázquez organiza una expedición punitiva al mando de Pánfilo de Narváez, con 900 hombres. Es derrotado en Cempoala el 24 de mayo de 1520, herido en un ojo por una pica, es apresado y pasa dos años en cautiverio. Un grupo de 52 españoles cayó en manos del rey de Teixoco, y hombres, mujeres y niños fueron sacrificados en rituales mexicas. Sus huesos fueron encontrados hervidos, lo que indica que fueron comidos y sus calaveras fueron expuestas para aterrorizar a los españoles.
Damos por supuesto que en la expedición de Hernán Cortés como en la de Pánfilo de Narváez, que nutrió de nuevos efectivos humanos a su ejército, con el que vencería al imperio azteca, había gran cantidad de ciudadanos de Cuéllar y de otras localidades aledañas.
Puesto en libertad, Pánfilo de Narváez fue comisionado para conquistar Florida, con los títulos de Adelantado y Gobernador. Se hizo a la mar en Sanlúcar de Barrameda el 17 de junio de 1527 con 5 navíos y 700 hombres. Explora la costa de Florida y se hace amigo del cacique Himihogua pero éste termina apresando a cuatro prisioneros, a los que somete a un cruel suplicio: les asaetean procurando no darles en órganos vitales para darles una muerte lenta y dolorosa. Pánfilo de Narváez construye cinco canoas que en una tormenta naufragan y muere ahogado nuestro héroe, cerca de la desembocadura del río Misisipi. Solo se salvan cuatro, entre ellos Alvar Núñez de Vaca que recorre durante 8 años el actual Estados Unidos hasta llegar a México en Culiacán y Sinaloa.
Los conquistadores no fueron gente de baja estofa en busca de oro, sino que la conquista fue una epopeya colectiva en la que participaron todas las clases sociales. En buena medida, fue la continuidad de la Reconquista. Hemos visto como Diego Velázquez de Cuéllar pertenece a la nobleza de renombre en una ciudad tan importante como Cuéllar, y Juan de Grijalva y Pánfilo de Narváez son hombres bien situados. Puede pensarse que actuaron movidos por la codicia, pues todos quieren poseer más, pero abandonaron posiciones acomodadas para lanzarse a una aventura azarosa. Lo vamos a ver con dos ejemplos egregios.

Pedro Arias Dávila o Pedrarias Dávila nacido en 1440 en Segovia era miembro de las familias más nobles y adineradas de la ciudad, cuya torre de los Arias Dávila domina rivalizando con la de los Peñalosa. Estaba casado con Isabel de Bobadilla y Peñalosa, familia de la duquesa de Moya, de quien se decía «en Castilla, después de Isabel, Beatriz de Bobadilla». Era conocido por los apodos de «el Galán» o «el justador», por su notable pericia en ese juego militar. Se distinguió en la guerra de Granada, en la toma de Orán (1509) y en la de Bugía (1510), en la que fue el primero en escalar el muro y dar muerte al alférez musulmán.
En 1513 es nombrado Gobernador y Capitán General de Castilla del Oro, que comprendía los territorios de Nicaragua, Costa Rica y la parte norte de Colombia. Cargo que ocupa en 1514 a la avanzada edad de 74 años. Trata de implantar disciplina y eso le lleva a decapitar a Vasco Núñez de Balboa, el primer español en avistar el Océano Pacífico, a pesar de estar prometido a su hija María de Peñalosa, y a Francisco Hernández de Córdoba, fundador de la ciudad de León. Por ello, fue apodado «Furor Domini»o «Ira de Dios». Desposeído del cargo fue después nombrado Gobernador de Nicaragua, cargo que ejerció hasta su muerte, acaecida el 6 de marzo de 1531.

Rodrigo de Contreras y de la Hoz nació en Segovia en 1542, también dentro de la nobleza y el patriciado urbano. Casó con María de Peñalosa y Bobadilla, hija de Pedrarias Dávila. Fue Gobernador de Nicaragua entre 1535 y 1544. Organizó expediciones por el río Yara y el río San Juan desde el lago Nicaragua. Un distrito de esta nación aún se llama Nueva Segovia, fundada por él. Por su defensa de los indios, fue víctima de una conjura de los principales hacendados, y destituido. Murió en Lima en 1558.

Asombra el valor de aquellos hombres que trocaron los mares de trigo de su tierra segoviana por los océanos ignotos y sus paisajes mesetarios por las frondosas selvas.
Dos medidas facilitaron el mestizaje, que no se ha dado en ninguna otra colonización como las anglosajonas. Primero la reina Isabel impuso que no pudieran ir prostitutas en las carabelas pues la intencionalidad última era ganar almas para el Cielo y también se prohibió que viajaran a los nuevos territorios las mujeres solteras. Hubo malestar y pequeños motines cuando los frailes no apresuraban sus clases catequéticas y el bautismo de las indias.
Siendo la Conquista de América, una empresa casi enteramente privada, bajo el respaldo de la Corona, era lógico que los reclutamientos enteramente voluntarios para sus ejércitos privados fueron hechos entre sus paisanos y familiares. Así consta en los casos de las parentelas de Juan de Grijalva y Diego López de Cuéllar:
Francisco de Grijalva, natural de Cuéllar. En el año 1518 ya se encontraba en Cuba y figura en la lista de los conquistadores de México que llegaron con Hernán Cortés en 1519. Continuó en la conquista de la Nueva España en 1520.
Fernando de Grijalva, natural de Cuéllar. Reside en Cuba en el año 1518 y pasa a la conquista de México con Cortés en 1520.
Rodrigo de Grijalva, natural de Cuéllar. En 1519 se hallaba en Cuba, de donde pasó a Nueva España con Pánfilo de Narváez en 1520.
Juan Velázquez de León, conquistador, capitán de Hernán Cortés.
Francisco de Velázquez, conquistador de México y Nueva Galicia.
Antonio Velázquez de Narváez, conquistador de México, Nueva Galicia y otras provincias.
Jorge Velázquez fue pregonero mayor de Santo Domingo, marchando después a Cuba, donde ejerció la alcaldía de Sancti Spiritus en 1521.
Alonso Velázquez, que después de servir al rey diez años en Italia en la compañía de Martín de Ratia, marchó con Hernando de Soto en 1538 a descubrir las provincias de Florida, donde soportó indecibles trabajos.
Francisco Velázquez el Corcovado, pariente del gobernador de Cuba, donde se hallaba en 1518. Al año siguiente marchó con Hernán Cortés a México y más tarde regresó a Cuba con otros capitanes de la armada de Pánfilo de Narváez, pues Cortés les dio licencia y uno de los mejores navíos para que regresasen.
Pedro Velázquez, sobrino del gobernador, era vecino de La Habana en 1519, desde donde marchó con Pánfilo de Narváez al año siguiente. Regresó a Cuba y durante 1546-1555 fue vecino y teniente gobernador de La Habana.
Iseo Velázquez de Cuéllar, sobrina del gobernador, estaba en Cuba en 1519 junto a su marido Baltasar Bermúdez, pasando después a México.
Antonio Velázquez, pariente del gobernador, que falleció en una campaña al mando de Hernando de Soto en Florida alrededor de 1539.
Diego Velázquez. que se embarcó con Hernando de Soto en 1538 rumbo a Florida. Reseña sus grandes servicios el cronista Antonio de Herrera y Tordesillas, que relatando las campañas de Florida de 1541 dice: «en ellas estuvo un valiente soldado, llamado Diego Velázquez, de Cuéllar».
Bernardino Velázquez, pariente del gobernador, fue uno de los hombres que Diego Velázquez de Cuéllar tuvo en cuenta a la hora de designar jefe de la expedición a Nueva España, que finalmente encomendó a Hernán Cortés.
Antonio Velázquez Borrego fue otro de los hombres a quien Diego Velázquez de Cuéllar propuso capitanear la armada rumbo al Yucatán, al igual que lo hizo también con Francisco Verdugo, otro pariente.