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Un largo y gélido invierno en la «verde» Alemania

Redacción




Virginia Montes.

Alemania va a pagar caro su hundimiento en el error «verde»: cerró las centrales nucleares, hizo otro tano con las de carbón. Ahora afronta un largo y gélido invierno sin el gas ruso. Las restricciones de guerra ya han comenzado:  Hannover corta el agua caliente de las piscinas y limita la calefacción y la temperatura en las instalaciones públicas, Berlín apaga los focos de los monumentos y Múnich deja las oficinas municipales con agua fría

“La situación es imprevisible”, dijo el alcalde de la ciudad de Hannover, Belit Onay, del Partido Verde. “Cada kilovatio hora cuenta, y proteger las infraestructuras críticas tiene que ser una prioridad”, aseguró.

Todo sea en solidaridad con la Ucrania de Zelenski y por impedir y condenar la ‘invasión» del Donbass y Crimea, donde vive población rusa, étnicamente y lingüísticamente rusa. Alemania en agosto las duchas frías tienen un pase, pero les aseguro que en enero en Hannover, en el Nordeste, hace un frío que corta la respiración y haber quien es el guapo que aguante una ducha fría.

La clase política más demencial y más demagógica de la historia, entregada al maldito y genocida globalismo, corre el riesgo de que los alemanes vean su industria estallar hecha añicos, un 6% de descenso en el PIB, lo cual será una hecatombe para Bruselas, una mina en su subsuelo, y los alemanes, tan ecologetas, tan partidarios de los molinillos y las fotovoltaicas, pueden terminar el invierno helados o decidir calentándose directamente a leches con la mano abierta a unos políticos que les han engañado y les han mentido, prometiéndoles que no precisan el gas ruso porque demente Biden les iba a enviar gas licuado.

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Toda la demagogia que ha atenazado a los ciudadanos alemanes va a saltar hecha añicos, de hielo. La mentira verde la van a pagar los alemanes muy cara. Todo sea, como dice Bruselas, para «evitar el chantaje de Putin», pero aquí lo único que se ve es a Rusia respondiendo (acción-reacción) a un ataque brutal contra su economía.

Nos atrevemos a decir, frente a los climatólogos mendaces del timo calentamiento global, que tras el largo y gélico invierno en primavera florecerán las guillotinas también en Alemania, especialmente.