“No quiero estar aquí, no me puedo mover y parece que estuviera en una cárcel”, eso fue lo que me dijo mi hermana Carla la última vez que fui a visitarla.
Carla tiene 24 años y una enfermedad rara llamada lyme crónico. Sus síntomas han ido cambiando en el tiempo y ahora se encuentra en un momento crítico, probablemente a causa de la timo vacuna. Lleva meses sin poder moverse de la cama, con desnutrición aguda, úlceras en el intestino y en los pies y trombos en las arterias entre otros graves síntomas. A finales de marzo mi hermana ingresó por agravamiento en el Hospital Universitario de Burgos. Sin embargo, hace unos días decidieron trasladarla a psiquiatría sin su consentimiento ni el de nosotr@s, su familia, y sin tener ningún diagnóstico psiquiátrico ni incapacidad que lo justifique.
Lo que le ocurre a mi hermana no se trata en psiquiatría. La planta en la que está tiene unas normas muy estrictas pero las impuestas a mi hermana son todavía mayores: no puede hablar con su abogado, solo podemos verla media hora al día y con un auxiliar delante, no tiene derecho a móvil… Pero además, este lugar ni siquiera es adecuado para tratar sus síntomas tal y como he comprobado en mis visitas. No es que las trabajadoras no hagan bien su trabajo ni mucho menos, sino que no están acostumbradas a esos sintimas porque su trabajo es otro. Estamos muy preocupadas por como todo esto pueda afectar a su salud tanto física como mental. Tener lyme crónico es muy duro y para mi no es fácil asumir que mi hermana se está muriendo, pero que encima, cuando empiezas el duelo veas que están vulnerando sus derechos y dando un trato indigno a una persona tan enferma y a la que quieres tanto te supera a todos los niveles. ¿Quién se responsabilizará si mi hermana desarrolla estrés post-traumático? ¿qué ocurrirá si sus heridas empeoran o si necesita un abrazo de apoyo y no nos dejan ir a visitarla? Quiero animarte a que firmes esta petición y la compartas para conseguir que nos escuchen y tomen medidas YA. Cada minuto cuenta y el bienestar de mi hermana corre peligro.
Yo misma soy enfermera y a pesar de que estoy acostumbrada a tratar con casos graves en mi día a día no he podido más. Llevo más de dos semanas con baja por ansiedad y en mi familia NO PODEMOS MÁS. Sabemos que mi hermana está muy grave pero no vamos a permitir que esté encerrada, aislada y sin poder ejercer sus derechos como cualquier ciudadana. Hasta un delincuente tiene más derechos que ella y tener Lyme crónico no necesariamente requiere ingreso psiquiátrico.
Es increíble como con ella se están saltando todos los principios básicos por los que se debe regir la asistencia sanitaria. No sé cuando puede ser su último día, si llegará pronto o en mucho tiempo pero lo que tengo claro es que vamos a luchar hasta el final para que se trate a mi hermana con la dignidad que merece. Por ella y por todas las personas enfermas de Lyme.
Cualquier persona en el lugar de Carla querría ser tratada adecuadamente, que se la escuchara y poder estar con su familia el mayor tiempo posible. Sabemos que no estamos solas, ya que otros pacientes con lyme crónico, organizaciones de sanitari@s, amig@s y otras personas cercanas nos están mostrando muchísimo apoyo y coinciden en que este trato inhumano tiene que acabarse. Ahora, te necesitamos a ti. Necesitamos miles de firmas para demostrar que estamos con Carla y que no vamos a parar hasta conseguir justicia.
Carla, no estás sola. Te queremos y vamos a hacer todo lo posible para sacarte de ahí.