Editorial.
El derecho a portar armas es básico y esencial en una sociedad libre, en la que sus ciudadanos lo son. Es fundamental para la supervivencia de la especie. Hay muchos argumentos a favor de carácter utilitarista, pero hay que dejar claro que es una cuestión de principios, de autodefensa frente a la tiranía, frente al poder tiránico.
No hay democracia, no hay libertad, sin derecho a portar armas, sin derecho a la autodefensa. Cuando se cede y se concede a los políticos el monopolio de la violencia inmediatamente el ciudadano queda desarmado, despojado de su dignidad, de todos y cada uno de sus derechos.
Se impone la tiranía, como hemos visto con la plandemia, y seguimos asistiendo a un ataque sin precedentes a los derechos personales y a la propia vida, con un genocidio cruel. En los países donde se han impuesto los tiranos y han desarmado a sus poblaciones -la Nueva Zelanda de Jacinda Aurden, la Australia de Scott Morrison y el Canadá de Justin Trudeau- se ha abatido la más atroz tiranía.
Se trata de llevar a todo Occidente y a Estados Unidos a la tiranía y a la extinción de la especie. En Rambla Libre somos fervientes partidarios del sacrosanto derecho a portar armas. En Estados Unidos está preservado ese sacrosanto derecho por la segunda enmienda de la Constitución. El satánico Partido Demócrata tiene la obsesión de quitar las armas a los norteamericanos, pero no van a poder imponer la tiranía. La Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos (o Enmienda II), propuesta el 25 de septiembre de 1789 y aprobada el 15 de diciembre de 1791, protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Texas va a seguir siendo un «santuario» de la segunda enmienda y los otros estados que han hecho bandera de ese principio no van a ceder. Los hombres libres de Europa volvemos la mirada hacia Estados Unidos con envidia y con la esperanza de que el pueblo, armado, siga siendo libre y haga pagar a los genocidas globalistas todos sus crímenes.
Una cuestión menor, pero lógica es que los estados donde rige la autodefensa son en los que hay menos delincuencia y menos asesinatos, así que las armas salvan vidas. Es una ley universal. Se puede entender que el delincuente tiene menos posibilidades de actuar frente a una población armada que practica y ejerce la autodefensa. Pero ya decimos que es una cuestión menor frente a la autoprotección frente a la tiranía.