AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Losantos, insano y frustrado

Redacción




Luis Bru.

En el diván de loquero público que tenía Jesús Quintero sentó un día a Federico Jiménez Losantos para la correspondiente confesión laica. Dice Freud, y Losantos es muy freudiano, que todo se cuece en la niñez cuando crecen las frustraciones, la distancia entre los sueños y la realidad. Federico se confesó. De niño quiso ser cantante y futbolista pero no tenía cualidades para ninguna de la dos cosas. No lo dice como curiosidad, ni con un punto de añoranza, sino como tema no superado, cuyas heridas todavía supuran, o supuraban en el tiempo de la entrevista.

Pobre hombre de sueños incumplidos, que busca refugio en una pasión compulsiva por la novela negra, sobre todo de las que tienen como protagonista a los asesinos en serie, por los que siente fascinación. César Vidal, que lo conoce bien, dice que «ha perdido la cabeza cuando ha pedido el exterminio y ha llamado a matar a los que no se ponen la vacuna», y que muchas veces «ha pretendido compensar complejos», hasta el punto de que, con profundo dolor, César Vidal ha visto «un deterioro psicológico y moral en Federico Jiménez Losantos durante los últimos años», hasta llegar a la insania. Quizás si Dios le hubiera dotado de un chorro de voz o de un cuerpo serrano otro gallo le hubiera cantado.