Luis Bru.
Sobre el estado de salud del actor Antonio Resines ha caído una espesa capa de silencio. Podemos deducir que se encuentra desde el 23 de diciembre de la UCI del Hospital Gregorio Marañón, con lo que le cuesta al día 12.414 euros, que nosotros los damos por bien gastados, no como él, a la viceversa.
Considerando él a los purasangres «subnormales» y deseándoles la cárcel, hay que suponer que no ha tenido ningún contacto con ninguno de ellos, entonces la primera pregunta que salta a la cabeza, para quien se ha prodigado en las televisiones y en el anuncio del Ministerio, que debería visionarse todos los días, para comprobar el ridículo, es cómo se ha infectado Antonio Resines. Ya sabemos que no evita el contagio, ni la transmisión, luego n sirve para nada bueno.
Tanto miedo a que le infecten los no timo vacunados, habrá llevado al máximo cuidado de contactar con nadie en esas condiciones en su círculo más cercano, entonces ¿cómo se ha contagiado? La única respuesta lógica es que ha sido infectado con la proteína Spike, la que produce la enfermedad.
Luego Antonio Resines es elemento de contrastación respecto de otra mentira del sistema: las UCIs las llenan no los timo vacunados…y Antonio Resines. Todos sabemos que mienten, con Resines tenemos la prueba. Dicen que con el pinchazo se evitan los síntomas más graves e incluso la muerte. Resines está estable, y sigue estable 26 días después, en los que no ha sido dado de alta, luego no tiene síntomas leves. No deseamos que se muera, aunque nuestros deseos tienen poco que ver con su estado de salud, y si ocurre -a todos nos llega la hora- no será un síntoma leve o será una muerte leve y benigna, que de todas las mentiras hemos visto ya.
Antonio Resines es elemento de contrastación de demasiadas de ellas, evacuadas con pasión temeraria por el interfecto, al que, por meter tanto la pata, habrá que tener y tildar de subnormal.