AQUÌ ME HACEN LLEGAR IMAGEN COMPLETA DEL JUGADOR #5, CUANDO SE ALEJA DEL ESCENARIO DE JUEGO Y SE ACUESTA EN LA GRAMA. pic.twitter.com/PzvFp8Q03J pic.twitter.com/iIRjTqzQsA
— SIN CENSURAS PTY (@sincensuraspty) December 19, 2021
Lucas Ocampos deja en camilla el Sevilla-Atlético de Madrid: Qué tiene, cuánto tiempo estará de baja y qué partidos se perdería
Montiel se lesiona, Acuña recae y Ocampos sale en camilla
Luis Bru.
El primer titular corresponde al digital Goal y el segundo a Marca. Son las dos únicas informaciones que se pueden encontrar en Google sobre una lesión cuya gravedad se desconoce, pero es, sin duda, máxima. Las imágenes sólo se pueden encontrar en Rambla Libre, tras encontrarnos que han sido borradas en otros usuarios de Twitter. El primer titular promete más de lo que da porque no responde a ninguna de las preguntas, al final no sabemos qué tiene, ni cuánto tiempo estará de baja ni qué partidos se perdería. La segunda minimiza la lesión metiéndola en el saco de otras, como si el Sevilla tuviera la negra. No se sigue la información, como es habitual.
El periodismo deportico gozaba de cierta libertad de expresión a causa de su intranscendencia, pero se ha quebrado por completo. Por de pronto, no se facilitó ninguna información sobre la lesión cuando se produjo, ni se repitió la jugada por televisión, muy significativa, tanto por la lesión como por el tiro a puerta que casi terminó en gol. Según Goal, Ocampos tuvo que salir en camilla porque tenía mareos, tras «recibir un balonazo». En Marca, el entrenador Julen Lopetegui incide en que «Lucas recibió un golpe y está mareado» y «desorientado» para concluir con el consabido «esperamos que no sea nada».
Vamos a aplicar el VAR a la jugada. El jugador contrario hace un quiebro para driblar a Ocampos, acción innecesaria pues Lucas se encamina tambaleante hacia fuera del terreno de juego, se desentiende de lo que ocurre en el campo. No hay contacto físico ni con el jugador, ni con el balón. Ocampos, tambaleándose, se cae en la grana fuera del campo. El público entona sus canciones y no presta la suficiente atención al lesionado. No hay balonazo, ni por asomo. Ocampos parece haber tenido un síndrome de Kun Agüero.
Asistimos a una manipulación bestial. Por de pronto, de la televisión que no repite la jugada y que luego hace valer sus derechos de propiedad para que desaparezcan las imágenes. Después, de toda la prensa deportiva. Todos silencian el hecho, a excepción de dos que lo manipulan. El público permanece ajeno a la desgracia. Conclusión: el veneno de muerte que le ha sido inyectado ha hecho su efecto y todos callan o manipulan, ante un hecho que se ha producido ante los ojos de todos. Ocampos desaparece y abandonará la práctica del fútbol por problemas cardiológicos. El sistema se ha empezado a hacer trampas al solitario ante la atrocidad cometida. Hasta que haya un muerto o dos en el terreno de juego y no lo puedan ocultar. Aunque lo intentarán.