Javier García Isac. Periodista.
Murió Fidel Castro, el tiranosaurio del Caribe, murió un asesino, un genocida, un criminal. La izquierda española está de luto. Murió uno de sus iconos más admirados, uno de sus héroes, de sus ídolos, murió uno de los suyos. Minutos de silencio que parecieran horas, silencios interminables por el homenaje al asesino, al carnicero. Unanimidad en el reconocimiento a su figura, a su obra de destrucción, pobreza y muerte. La izquierda siempre tan cercana y comprensiva con criminales y tan lejos de los que sufren, tan lejos de sus víctimas, siempre cerca de los verdugos.
Me repugnan todos aquellos que de una u otra forma, de una u otra manera intentan justificar lo injustificable, intentan justificar a Fidel Castro. El comunismo no tiene justificación, por muy simpático y atractivo que éste se nos muestre (no me repugna la gente a nivel personal, que en muchas ocasiones también, me repugnan sus ideas).
Algunos opinan, y no les falta algo de razón, que antes de Fidel, Cuba era el prostíbulo de los Estados Unidos, el problema es que olvidan con facilidad que gracias a Fidel ahora Cuba es el prostíbulo del mundo. Otros me hablan del bloqueo. España tuvo mayor bloqueo que Cuba y salimos adelante. No apoyo ningún tipo de bloqueo a naciones hermanas, pero porque exigen a un país al que odian que les ayude. Manda huevos. Para ayudar ya estaba el bloque soviético. La miseria de Cuba nada tiene que ver con el bloqueo, es más bien con su desastrosa y ruinosa política económica, muy similar a la de todos los países comunistas y eso a pesar de contar con el apoyo y compresión de la mayoría de los dirigentes mundiales que acuden a Cuba a saciar “sus apetitos e instintos” más primarios y de cualquier índole, pero nunca a ayudar a los más necesitados.
No pretendo yo aquí evaluar la obra y legado de Fidel Castro, sólo pretendo la constatación de una realidad por muy dolorosa que ésta sea. Esto no es opinión, es información. Los que conocemos la Cuba real sabemos de lo que hablamos, lejos de lujos de cinco estrellas, lejos de lo que las autoridades desean mostrarte, lejos de los bailes y jineteras está un pueblo que sufre, un pueblo que lleva ya demasiado tiempo soportando una tiranía hereditaria.
Cuba muy a mi pesar es un país que vive en la miseria más absoluta, que la prostitución es muy habitual para sacar familias adelante, donde al cubano se le tiene prohibido pisar hoteles de turistas, donde la escasez es la norma, donde la libertad individual no existe, donde la presión del partido es asfixiante y donde los méritos han sido sustituidos por una sociedad de chivatos y delatores en cada esquina. Me hablan de dignidad cubana aquellos que tienen sometido a su pueblo a la indignidad. No me hagan reír. Eso no es dignidad, eso es vergüenza, eso es tiranía, es sometimiento. Eso es comunismo sin adjetivos. Ideología maldita, ideología del odio, del genocidio, del crimen.
No justifiquemos lo injustificable. No todo enemigo de mi enemigo es mi amigo. Podemos odiar lo mismo, pero no querer lo mismo. No seamos ingenuos. Que un acto de dignidad no nos nuble la vista, no tape la indignidad general.
Por fin se hizo justicia. El admirado tirano esta ahora donde se merece, posiblemente en el infierno.