Javier de la Calle.
Patricia Caridad Oliver Moreno es médico forense del Instituto de Medicina Legal y a tenor de sus informes, según fuentes psiquiátricas de toda solvencia, es manifiestamente mejorable en sus dictámenes. Abusa del corta y pega del historial y hace lo de Groucho Marx: «más a mi favor», siempre más a su favor.
Emite un dictamen de un TLP, que añade por su cuenta y riesgo que también tiene diagnosticado discapacidad mental, cuando eso está desmentido, y el joven ha obtenido siempre las mejores notas académicas. Primera metedura de pata monumental. En medio del corta y pega, incluye las siguientes únicas líneas de la entrevista: «presenta un lenguaje espontáneo y coherente y de su discurso no se desprende alteración del curso o del contenido del pensamiento, de su comportamiento no se desprende alteraciones sensoperceptivas en ese sentido no se aprecian síntomas que sugieren descompensación psicótica y afectiva». Se diría que describe a un joven normal que puede salir del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, pero la médico forense, en lo que parece un abuso de autoridad funcionarial dictamina, por su cuenta y riesgo, que le es de aplicación el artículo 763 de ingreso involuntario en un centro de larga instancia, cuando el joven tiene su familia y su casa. Avispada la médico forense que tiene una oposición que no se la han dado en una tómbola, voto a bríos.
Ese joven que ha sufrido un shock emocional motivador que le ha sanado de su TLP, que tiene contacto telefónico diario con su madre plenamente satisfactorio, que ha sido visitado por su abogado quedando asombrado del cambio operado, pero todo eso Patricia Caridad Oliver Moreno no lo tiene en cuenta, no sabemos porqué, ella va a lo que va y dictamina con el corta y pega.