José Luis Mazón Cuesta. Abogado.
La nueva élite mundial ya ha hecho cosas dignas de colgamiento de todos sus directivos y de miles de sus ejecutores, si el tal colgamiento fuera la pena máxima autorizada por los más graves delitos.
Cuando los aliados vislumbraban la derrota del nazismo, Stalin consultó con su socio de armas, el presidente norteamericano Roosvelt proponiéndole ejecutar a unos 50 mil miembros de las fuerzas armadas alemanas y a toda la cúpula del partido nazi; Roosvelt se mostró más moderado y se conformaba con 30 mil, en cambio el tercer pilar, Churchill, dijo que por encima de su cadáver que todos habían de ser juzgados de forma imparcial. La cosa quedó en un espantajo de proceso porque eso fue el Nüremberg internacional que es el más conocido (luego hubo juicios en Nuremberg contra jueces y otros colaboradores del nazismo). Solo 23 altos cargos nazis se sentaron en el banquillo en el famoso proceso internacional. Einstein en «mis ideas y opiniones» sostiene que los alemanes no fueron castigados por los terribles crímenes cometidos.
Pues bien, en lo que toca al presente, lo que ya han hecho los globalistas con sus políticas depravadas para secuestrar a la humanidad ya tiene un lista de miles o decenas de miles de muertos directos, porque ese virus lo han expandido ellos y sobre todo por las muertes en los residentes en centros de mayores aislados y privados de toda asistencia sanitaria más allá del empleo de morfina que era para liquidarles. Y esto ha pasado en España, Alemania o Argentina.
Cuando el globalismo pierda su fuerza, que sucederá, Pedro Sánchez será uno de los principales acusados de las graves responsabilidades contraídas, secuestro ilegal de 45 millones de personas, asesinatos planificados por denegación de auxilio a ancianos de residencias bajo control del Estado.
Seguramente cuando vea las cosas venir intentará huir pidiendo a sus mayores globalistas que le protejan. Espero que el piloto del helicóptero se niegue a volar llevando a Sánchez hacia un avión particular puesto por su partido para huir de España. Porque si no el piloto habrá contraído graves responsabilidades. El que la hace la paga, toda acción tiene su reacción, todo lo mal hecho tiene sus consecuencias, es una máxima del universo entero sea plano, redondo o en forma de donut como ahora se disputa su forma.
Todos los que sirven al globalismo (jueces, funcionarios, científicos, jueces, fiscales, etc…) van a tener que responder de su colaboracionismo y algunos responderán con su propia vida porque para castigar crímenes de lesa humanidad no basta con la privación de la libertad. La Diosa Razón necesita en pago a la ayuda prestada para deshacernos de estos tiranos, que les ofrendemos la vida de esos traidores a la causa del género humano. Robespierre dijo que no era posible una revolución eficaz si no se cobraba la vida de los ejes del antiguo régimen. Morir es algo que nos toca vivir a todos. Y adelantarle la fecha del final a los autores de los delitos de alta traición es una necesidad para consolidar los valores de la humanidad. Siempre me consideré opuesto a la pena de muerte, pero ahora comprendo que sin la pena de muerte estos asesinos vuelven a recuperar su fuerza de algún modo.