Enrique de Diego.
Tengo que daros buenas noticias. Sé que en estos tiempos tenebrosos, en los que el relativismo ha llegado a sus últimas contradicciones, hablar de tales es un sarcasmo. Aún así, tengo que daros buenas noticias de Rambla Libre. La audiencia se ha elevado exponencialmente y va progresivamente a más. Eso indica, en positivo, que la sociedad está despertando. De hecho, el miércoles día 8 casi colapsó el servidor y algunos tuvieron incapacidad para entrar de 19 a 21 horas y el administrador iba muy lento, y en ocasión daba error. Consulté con mi jefe de informática, indicándole que habíamos contratado un servicio en cadena, cuando se satura uno, entra otro en funcionamiento. Bueno, me dijo que «el servidor tiene ahora mismo una barbaridad de tráfico (20.000 usuarios únicos en menos de dos horas). Obviamente, no tenemos el servidor preparado (ni tiene capacidad) para tanto tráfico de repente así que va a ir todo un poco lento, con algún problema puntual de acceso incluso. No queda otra que esperar a que vaya reduciéndose el tráfico. Ten en cuenta que, ahora mismo, estás teniendo la mitad de tráfico que El Mundo o El País… con un servidor de apenas 300 euros al año (El Mundo paga al año sobre 500.000 euros)».
Le digo que me haga un Presupuesto, pero que necesito el servidor a pleno funcionamiento, de ahora en adelante, que no me quiero ver con problemas, porque afrontamos una situación extraordinaria y excepcional en la que se está perpetrando un genocidio e imponer un totalitarismo atroz y que somos uno de los pocos medios de referencia para la resistencia, que se está organizando, que crece, y para pasar luego a la ofensiva, que eso será seguro. Y me responde que tenemos que consolidar 500.000 usuarios únicos varios meses seguidos; este mes nos vamos a ir a los 900.000 usuarios únicos. No tenemos tiempo. Indica que la publicidad está parada, catatónica, le digo que por esas sólo salen adelante los medios vendidos a los genocidas, pero que nosotros debemos darle vueltas a la cabeza y encontrar la solución para tener los mejores medios para dar la batalla, este invierno, que será muy duro, durísimo. Así que ahí termina la conversación, por ahora.
Dejadme que os abra el corazón. Rambla Libre nació con dos ideas estructurales claras, porque salimos a luchar contra el sistema; que íbamos a tener muy controlados los gastos, y no depender de nadie, y el segundo que tendríamos situado el servidor a buen recaudo, para que los censores no nos callaran; así que estamos en una Isla Tortuga de la informática y no nos pueden tumbar, pase los que pase. Hace unos meses tuvimos un ataque censor que duró a algunos proveedores de internet, pero no a todos. Y se resolvió en una hora.
No me gusta pedir dinero, no es mi estilo. Por eso tenéis una forma de ayudar a Rambla Libre adquiriendo «Yo no me vacunaré», en lulu.com, y el libro recién lanzado, que va a ser el fenómeno editorial del momento, «Coto Matamoros frente al genocidio de los infraseres». Todos los que no os habéis hecho con ellos por pereza o comodidad, tenéis en la portada de Rambla Libre los banner para acceder a cada uno de los libros en lulu.com, toda vez que Amazon tuvo la desvergüenza de censurar mi libro «Yo no me vacunaré». De esa forma, indirecta, me ayudáis a tener los mejores servidores para los tiempos que vienen. Podéis regalar los libros, difundirlos. Así matamos dos pájaros de un tiro: os hacéis con dos buenos libros de actualidad y colaboráis a que Rambla Libre esté en las condiciones óptimas de dar la batalla, que va a hacer falta, para ganarla.