Enrique de Diego.
Fue el primero en decirlo y profetizarlo. Carlos Delgado, presidente de ULEG, exitoso proyecto político municipalista en Leganés, publico un libro, «Albert Rivera es un lagarto de V», que desenmascaraba al personaje y al partido, Ciudadanos. Con esa autoridad moral de ser pionero -entonces a Ciudadanos todo le pintaba bien, con el horizonte despejado- hemos querido conversar con él tras el batacazo de los de Inés Arrimadas en las elecciones catalanas, cuando la profecía está cumplida.
- Usted ha mantenido una dura pugna para desenmascarar a Ciudadanos, buena muestra de ello es su libro “Albert Rivera es un lagarto de V”
El libro, lanzado en octubre de 2015, fue absolutamente profético y quien lo lea (curiosamente ha tenido muchos más lectores y éxito que el publicado recientemente por el propio Rivera) se podrá maravillar de la cantidad de acertadas predicciones que se pusieron de manifiesto. Entonces Cs y Rivera eran los nenes mimados del IBEX, de los medios y la ciudadanía permanecía ignorante de lo que realmente escondía esta nueva versión del Partido Reformista de los años 80. Fuimos los pioneros en desnudar a quien surgió en política con un desnudo como disfraz y cartel electoral. Modestia aparte, este libro es imprescindible para comprender la política en el siglo XXI.
- Usted ayudó a relanzar Ciudadanos en unas elecciones europeas decisivas y en la que Albert Rivera se dedicó a pescar acabando de paso con un proyecto de regeneración de la vida pública. Nos puede contar este hecho histórico.
Fueron las elecciones europeas de 2014. Cs carecía de estructura e implantación nacional, sin presencia territorial más allá de Cataluña. CAPI, la confederación de agrupaciones políticas independientes, hoy denominada Tercera Vía, aglutinaba entonces y fruto de muchos años de trabajo a un gran número de partidos independientes, locales, regionales que luchaban contra la lacra que suponía un bipartidismo que lastraba toda esperanza de regeneración para la política nacional. En este contexto, Cs y CAPI suscribieron un acuerdo de colaboración que comenzaba en esas europeas pero que se extendía en el futuro como una apuesta por cambiar la política de raíz, desde el municipalismo, de acercar de verdad las instituciones a los ciudadanos, con transparencia, sin sectarismo, con rigor… Todo eso quedó sepultado y sacrificado en la hoguera de las vanidades de Rivera y su banda, quienes traicionaron todo ese acuerdo y espíritu una vez habían obtenido lo que buscaban, haciendo bueno aquello de Groucho Marx de que “si no te gustan mis principios, tengo otros”.
- ¿Le han sorprendido, a la vista de su experiencia y del conocimiento de los personajes, los pésimos resultados en las elecciones catalanas?
Este estrepitoso fracaso iba a producirse antes o después. Es la consecuencia lógica de una organización que expulsa el talento, que se nutre de lo peor de la política y carente de todo principio o escrúpulo que el mantener una estructura de la que parasitar. Seguirán dando coletazos, al estilo del CDS de Suárez hasta que lo mismo acabe como esa formación, que llegó a estar en manos del famoso “rey del cachopo”.
- ¿Cree que tiene alguna posibilidad de reinventarse para sobrevivir?
En política hay más zombies que muertos, por lo que nunca se puede decir de manera tajante que Cs va a desaparecer, pero tiene todos los visos de finalizar del mismo modo que Upyd, cerrado por orden judicial. El problema de Cs es que ya carece de toda credibilidad política y su espacio está ya ocupado por otras formaciones o con más solera o estructura o con mucha mayor energía y conexión con el electorado. Una organización tan cesarista como Cs, difícilmente sobrevive cuando su César abandona o es defenestrado.
- En su libro, cuenta los principios eugenésicos que seguía Ciudadanos a la hora de elegir sus candidatos. ¿Considera que Inés Arrimadas entra dentro de esos principios? Quiero decir que es celofán sin contenido.
En general todo Cs es impostura, marketing, caretas sin seso, veletismo y vedetismo. Todo esto lo contamos en el libro. Creo que son personas sin poso intelectual, sin trayectoria vital, sin variedad de lecturas ni profundidad en los análisis de la realidad. Bustos parlantes. Y los que valían o se han ido o les han echado. Arrimadas cumple a la perfección ese ADN que caracteriza a Cs, especialmente desde que decidió su expansión nacional auspiciado por los grandes intereses empresariales y mediáticos.
- ¿Qué futuro le augura a Ignacio Aguado, al que yo llamo PaniAguado?
Desafortunadamente los que vulgarmente son denominados como “trepas” siempre saben buscarse las habichuelas. Alguien sin sustancia política como Aguado, pero con toneladas de insana ambición y de cinismo suelen tener un futuro bastante acomodado.
- ¿Considera errática su línea?
Como muchos en Cs, sacrifican cualquier interés general por el personal. Y nos puede parecer errática si lo valoramos en clave política y de sentido común, pero es muy razonable, homogénea y centrada cuando lo que precisamente lo que se busca es aprovechar todo lo que sea y como sea si es en su beneficio propio.
- ¿Cuál es su experiencia de Ciudadanos en Leganés?
Es el ejemplo de una franquicia en el peor sentido de la palabra. Sus dirigentes han traído el transfuguismo a la ciudad, están llenos de paracaidistas sin ningún vínculo con el pueblo. Hacen negocio de unas siglas, teniendo a los vecinos y a sus votantes como rehenes. Representan a lo más zafio e hipócrita, lo que más indignación genera a los españoles y provoca que se meta a todos los políticos y a todos los partidos en el mismo cajón. En Leganés fueron el impedimento en 2015 para poner fin a 40 años de bipartidismo (en especial un PSOE que se ha eternizado en el poder local y tiene unas redes clientelares gigantescas) y en 2019 se convirtieron en el felpudos y mayordomos del alcalde Llorente con el ladrillo y diferentes enchufes como precio a este pacto nefando, donde comparten cama política con Errejón y el PSOE. Esto sí que es una banda, parafraseando a Rivera.
- ¿Puede salvarse algo del proyecto originario de regeneración de la vida pública?
Algunas de sus ideas originales siguen vigentes y de hecho es la que defendemos en ULEG y en Tercera Vía (en cuanto a creer en una política que se aleje del sectarismo, que sea capaz de aunar lo mejor del liberalismo y la socialdemocracia, que la transparencia es más que un reclamo publicitario, que la participación no se puede limitar a votar cada 4 años…), lo que ha perecido es Cs. Su estructura, su aparataje, su cultura organizativa está tan carcomida, tan agujereada por la falta de valores y la inflación de mercadotecnia que ahora mismo Cs es un lastre. Su desaparición y extinción es imprescindible para que por fin esa tercera España que está tan harta de las otras dos pueda ponerse al volante de este país e impulsarlo hacia las cotas de libertad y prosperidad que nuestra nación merece.