Miguel Sempere.
El Gobierno ha encontrado un colectivo, especialmente castigado por la crisis económica sobrevenida por el coronavirus, al que convertirle en el oscuro objeto de su deseo recaudatorio. La facturación de casi la mitad de los autónomos ha caído el 50%. A pesar de ellos, el Gobierno les ha dado un doble golpe fiscal.
Lo ha hecho a través de dos subidas consecutivas, en escasos meses, de las cotizaciones que pagan los autónomos y que se están aplicando a lo largo de la segunda ola del coronavirus.
El incremento ha sido de tres décimas en octubre y será de otras tres en enero. Esto dejará la cotización por cese de actividad en el 0,9% y la de contingencias profesionales en el 1,3%. En agosto, último mes en el que se aplicaron los tipos ‘congelados’, estas cifras estaban en el 0,7% y en el 0,9% respectivamente.