Luis Bru.
De lunes a viernes, a las 18,30 horas, puede verse, en Paramount Newport, la deliciosa serie Padre Brown basada en las historias de Gilbert K. Chesterton, y producida por la BBC. Chesterton se le ocurrió el personaje para mostrar a un sacerdote suficientemente despistado pero buen conocedor de la naturaleza humana mediante las horas de Confesionario administrando el Sacramento de la Penitencia. Se trata de un investigador que iguala o supera a Sherlock Holmes, Miss Marple o Hércules Poirot, con la misma deducción lógica, pero en este caso no busca el castigo del asesino sino su redención, su conversión, su reconciliación con Dios. Los capítulos están llenos de diálogos sobre los remordimientos, el sentimiento de culpa y el arrepentimiento, y abundan en escarceos teológicos llevados con maestría por el padre Brown, que vive pegado a la administración de los Sacramentos y luego monta en su bicicleta. El protagonista hace un papel magnífico, bonachón, bien acompañado por Miss MacCarthy y lady Felicity y el conductor de ésta. De fondo, la hermosa Inglaterra rural, con sus Iglesias normandas, con sus bellísimas mansiones, sus casas de campo y, de fondo, la campiña inglesa con sus relajantes tonos verdes. Todo ello compone una deliciosa serie en medio del lodazal televisivo. Si no la han visto todavía, empiecen a seguirla y me lo agradecerán.