Enrique de Diego.
No conocía Sor María Jesús de Agreda. Mea culpa por mi ignorancia. Su vida transcurre entre 1602 y 1665. Es un personaje de leyenda. Es autora de la Mística Ciudad de Dios, una vida de la Siempre Virgen María, en ocho tomos. Se carteo con frecuencia con Felipe IV y está publicado el epistolario. En este libro se destilan dos breves citas de las cartas: «El que se vence, vence» y «Señor mío, no es rey el que no es rey de sí mismo e impera y tiene dominio sobre sus apetitos y pasiones». Valen su peso en oro. Le hubiera venido bien al campechano que alguien le hubiera dicho asertos tan acertados.
El libro empieza como una autobiografía, narrando su infancia y luego es seguido por Eduardo Royo, sin perder ese tono, pues se basa en escritos de la Madre. Lamentablemente, su proceso de beatificación está paralizado. La burocracia de la Iglesias a veces tiene estas meteduras de pata. Ojalá se active su canonización. No por falta de méritos de Sor María de Jesús, aunque ella, en su proverbial humildad, supongo que le dará lo mismo.
El libro es una delicia y una joya bibliográfica. Cuidado en los detalles con mimo, magníficas las notas de Fr. Rafael Pascual Elías, OCD, actuales, cuidado de la impresión, el papel, el tipo de letra y la corrección. Se nota que se cuidan con esmero las cosas pequeñas.
Me imagino El entierro del Conde Orgaz de El Greco, con la parte superior, el Cielo, lo Sobrenatural, lo Extraordinario inundándolo todo. Sor María de Jesús fue premiada con la intimidad de Cristo, y el libro ayuda a tener una visión más clara de la vida Trinitaria de Dios, a través de sus visiones, y de los Ángeles, de San Miguel y de Ángeles de la Guarda, que la defienden y protegen de las asechanzas del demonio. Empieza lo extraordinario en su infancia y adolescencia: la madre, Catalina de Arana, decide dedicar su casa a convento y profesa monja, Concepcionista Francisca, y su esposo le secunda, Francisco Coronel, ingresando en la Orden Franciscana, seguidos por sus 4 hijos, dos varones, franciscanos, y dos mujeres, Concepcionistas Franciscas. La mayor, Sor María de Jesús, dedicaba tres horas horas diarias a revivir la Pasión de Cristo y las últimas divinas palabras de Jesús. De ahí una intimidad con el Señor portentosa, que queda reflejada en el libro, muy provechoso como lectura espiritual.
Grande esta Sor María Jesús, gloria de la localidad de Ágreda; una Santa Teresa de su tiempo, y en este caso las comparaciones no son odiosas, sino acertadas. Caminante, si pasas por Ágreda, visita el Convento de las Concepcionistas Franciscas. Allí yace el cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús.
Vida de Sor María de Jesús de Ágreda (1602-1665), D. Eduardo Royo, Editorial San Román, 430 páginas.
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