Enrique de Diego.
Ay, pobrecito el Borbón que, según Julio Ariza, lo han desterrado, aunque ha tenido más el aspecto de una huida de lujo, con toda la parafernalia de escoltas, después de haber trincado lo que está en los escritos, que dice esa gran mujer que es Corinna, que debe tener cuenta en todos los paraísos fiscales. Se puede empezar a buscar por Liechtenstein, seguro que se encuentra algo, bastante, mucho. Han sido cuarenta años de robos y latrocinios, con todo el descaro del mundo, sablazos en las audiencias. Lo que te hubiera gustado a ti, Julito Ariza, que fueras inviolable, que en materia económica tienes las conciencia muy laxa, si es que la tienes. Menos mal que ha sido Eduardo Inda, tortuoso instrumento de Pablo Iglesias, el que ha dado la exclusiva, que ya era hora, de las conversaciones de Corinna, que no tienen desperdicio. Bien por Inda, mal por ti. No sabía que eras tan lacayo y cortesano. Dice Julio Ariza, el ayuda de cámara: «Un país que expulsa a su rey, expulsa a su propia historia, y un país que expulsa a su historia renuncia a su porvenir». Una nación que expulsa a un chorizo puede generarse, pero aquí no se le ha expulsado, se ha fugado, matiz importante, que a un cortesano manipulador como tú ,e parecerá normal o nunca permitas que la realidad te cambie el argumento. Por parecerte te parecerá bien, lo de Sandra Mozarowski, que se cayó por la valla cuando regaba los geranios que no existían y la valla era para saltador de altura.
Ahora me explico que te sentara tan mal la publicación de «La monarquía inútil» y que disparara con otras armas que no eran tuyas. Vamos, no me jodas, o sea que ahora la transición, que ha traído el aborto, firmado por Juan Carlos, las leyes contra la familia, la agenda Soros-Zapatero, el gobierno Rajoy-Montoro, y el socialcomunista Pedro Sánchez-Pablo Iglesias, ha sido cojonuda. Ahí va la monserga que ya no cuela: «Con todos sus errores -propios de la naturaleza humana- el reinado de Juan Carlos I es el mejor de nuestra historia contemporánea. No solo hizo de la concordia la hoja de ruta de los españoles. Bajo su reinado el país se modernizó como nunca». Organizó un golpe de Estado y disparó la deuda. ¡Julito, que es un mar de contradicciones! ¡Que tienes más cara que espalda, alma de cántaro! Tú no te salvas ni leyendo «República Constitucional», separación de poderes y plena representación de los votantes. Eres un caso perdido y en cuanto ideólogo de Vox ahora me explica las garruladas del patético Santiago Abascal con sus gritos ostentoreos de ¡viva el rey! Te hace caso, es la voz de Julio Ariza, el lacayo.
Menos mal que te pones profeta y aciertas: «A Felipe VI hay que reprocharle, como hombre, no haber defendido a su padre, y como rey, no haber tenido la astucia de comprender que la salida de su padre es el principio del fin de su reinado y la audacia para evitarlo como fuera. No; la Corona, con la salida del rey emérito, no se pone a salvo, sino a la intemperie». Esto ya no se sostiene. Toda la casta parasitaria se tambalea sin su fundamento, que es la monarquía corrupta y tú y Santiago Abascal, que no podrá disfrutar de su mansión, os vais con ella por el sumideros de la historia, mientras timas a los últimos ingenuos espectadores. «Lo peor Iglesias habría preferido para D. Juan Carlos el final de los zares». A la monarquía la echaremos los repúblicos, con la bandera rojigualda, y toda esta casta que vive en la mentira distópica, como en Rebelión en la granja, y en la hipocresía. Para Juan Carlos, el final de los chorizos, a la cárcel, y para Felipe y Letizia, pueden participar en algún reality show de la telebasura, Supervivientes, por ejemplo.
Naciste lechón, morirás cochino, como tú discípulo, Santiago Abascal. Alfin y al cabo, tú te crees Napoleón, el cerdo más cerdo de la granja y cada cerdo le llega su San Martín, cortesano.