AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Gobierno de coalición en el Reino de la corrupción

Redacción




Fran Bo.

Resulta repugnante el numeroso apoyo con el que todavía cuenta el nefasto gobierno de España. Un gobierno de coalición cuyo origen está en una doble mentira: la del presidente Sánchez, que no iba a dormir por las noches con Iglesias en el CNI (no le veo las ojeras) y la del jefe de Podemos, que venía a barrer a la casta y se ha convertido en el soporte político de la facción más sucia y corrupta de la partidocracia: el Partido Socialista Obrero Español.

Desde la muerte del General Franco, España ha vivido una sucesión de mentiras, la Transición, el Café para todos, el golpe del 23F, la presidencia del clan de la tortilla, la OTAN de entrada no, váyase Señor González, hablo catalán en la intimidad, el Euro, España merece un gobierno que no mienta, el Congreso de los Diputados apoyará la reforma del Estatuto que apruebe Parlament de Cataluña, el 15M, los catalanes me gustan porque hacen cosas, la huida de Puigdemont, el juicio al «procés», el 8M y más y más y más engaños, mucha corrupción, la que asoma sobre el nivel del mar y la que oculta el iceberg. 

Los pueblos tienen la religión de sus Reyes. Y el Rey Juan Carlos prefirió una Monarquía de lujos y depravación a una monarquía con honor. Un senil Franco (como reconoció Charles de Gaulle años después) entregó el poder del Estado a un joven ambicioso de personalidad tan campechana como oscura. Kissinger tenía miedo del comunismo, ¿no les suena la canción? Alemania quería una España fácilmente controlable. Nada mejor que una oligarquía de partidos. Un monarca que dejara hacer a los partidos mientras presidía los desfiles. El pueblo español votó lo que le dictó el Estado, estaba acostumbrado a obedecer, y así continúa. Hemos crecido de trola en trola, hemos mamado de la corrupción que nos indigna tanto como los errores del árbitro; el lunes debate en la oficina, el martes a otra cosa mariposa.

Sin embargo, no es la corrupción lo más grave, sino el descontrol del poder que la alimenta y, peor aún, el deseo de servidumbre del pueblo español, inconsciente en gran medida de su situación, deseoso de seguir sirviendo a villanos, de continuar siendo arrastrado por partidos de masas dirigidos por líderes mediáticos sometidos a sus lobbies y a oligarquías extranjeras. En España la religión no es el dinero, sino la corrupción, leña de la indignación que alimenta el fuego del caudillismo socialdemócrata. 

Dejemos de alimentar la indignación. Expliquemos las causas que la provocan. Apelo a la sociedad civil que reacciona, a las personas que han despertado y colaboran en aquella o esta asociación o plataforma, a los perseguidos por decir la verdad y por enfrentarse al poder de una u otra manera, a los que están despertando y a los que despertarán; ellos son la vacuna contra el virus de la corrupción, porque ya no se indignan, ya no se quejan como unos jóvenes de instituto, ya no se limitan a sufrir como espectadores de la política. Hay que salir del bucle, hay que ir más allá, tenemos que creer en nosotros mismos, en la sociedad civil. Busquemos la verdad de lo que sucede, dejemos el activismo para emprender la acción con el objetivo de conseguir una España próspera y fuerte de ciudadanos libres. Forjemos un sistema político que permita garantizar nuestra libertad, defender nuestra nación de sus enemigos externos e internos, controlar a los políticos y perseguir la corrupción. Empecemos por exigir un diputado de distrito que nos represente.