Enrique de Diego.
Bajo mucho el nivel escribiéndote a ti, Javier Ortega Smith, lo sé y he dudado en escribir esta carta pues no tienes nivel, lo mismo que Santiago Abascal, pero ese va al gimnasio. Eras, al fin y al cabo, un abogado sin clientes y sigues siendo de una tosquedad mostrenca insultante. Eres un patriota de opereta que ha llegado a su nivel de absoluta incompetencia (lo mismito que el tarugo de Abascal). Decís que vais a acaba con las autonomías pero tenéis a todos colocados en ellas, empezando por la marisabidilla Rocío Monasterio, la que firmaba proyectos sin ser arquitecta. Y me imagino que les decís que fuera, que se les acabó el chollo, por ejemplo, Ana Vega, que tiene una presencia en esta historia como portavoz en las Cortes Valencianas y como infectada por ti de coronavirus, que no tenía donde caerse muerta, de meritoria en el despacho de abogados de un ultraizquierdista alicantino, y tiene colocado a Mario Ortolá, su esposo en el Ayuntamiento, que se tiene que volver al despacho que no tiene y os da un corte de mangas glorioso. Así no se cambia nada, esto sirve para colocarse un político mediocre como Santiago Abascal, y descolocado después de ser mantenido, y a un pésimo abogado como tú. Como tampoco se cambia recogiendo las subvenciones y diciendo que estáis en contra pero que, oye, a nadie le amarga un dulce, y toma el dinero y corre, que a quien San Pedro se la da, San Pedro se la bendiga, o algo así, vamos que sois unos choricetes de tres al cuarto. Y, en términos políticos, sois un chollo para el PSOE.
Pero, a lo que voy, tú no tienes ninguna autoridad moral, ni tú ni nadie de Vox, para criticar al PSOE por el 8 M (ni el PP, que asistió al infectómetro), porque vosotros estabais el 8 M moviendo la colita y cuidando vuestro ego, que lo tenéis herido, Abascal porque no se comió un colín en el PP de Esperanza Aguirre, el más corrupto, y tú porque en el foro eras una nulidad. Te recuerdo que el 8 M estabais en Vista Alegre dándoos un baño de masas, un baño de borregos, porque vuestras bases son un rebaño de ovejas que no saben ni hablar y a los que habéis quitado toda capacidad de decisión y tan contentos, los muy garrulos o garrulillos, porque no tienen dignidad.
Y en ese panorama tan cutre, mientras Abascal gritaba «¡viva el rey!», que es un hombre sin ninguna cultura política, representante del pensamiento testicular, tú te dedicabas a toser y a infectar a todo bicho viviente, que eres bastante besucón, como puede dar fe Cristina Seguí, que fue tu amante, y entre los infectados, además de Santiago Abascal, estaba Ana Vega, que con los dos sueldos del partido nepótico le ha dado para casarse por la Iglesia y no estar amancebada, que eso canta, y para dejar de utilizar medios anticonceptivos, mandados por papá, Faustino Vega, que también iba en listas al Congreso, al copo familiar, que es médico, bastante romo y con justa fama de perito de virtud frágil; pues Mario Ortolá acertó, tras años de amancebamiento, a meterla por el sitio correcto y la dejó embarazada y tú de tal guisa, infectada.
Lo tuyo, Ortega-Smith, tiene delito pues habías venido de Milán, que ya que hay que ser lelo, y no tuviste la mínima prudencia de ponerte en cuarentena o hacerte un test. y allá que te fuiste con una carga viral de cojones a que te aplaudieran, que te pirra, como orador mostrenco. Total, causaste estragos. Ingresaste y dijiste tal parida muy propia de ti, que «los anticuerpos españoles van a vencer al virus chino». Y has dejado muy mal a los anticuerpos patriotas, aunque lo de Smith no suena muy español que digamos, porque al poco tiempo el virus chino te lleno de trombos los pulmones, y has estado más para allá que para acá, y por fin te crees tú que lo has superado y has vuelto a la vida hecho un machote, pero debes cuidarte y no ser tan bruto porque en un año te puede salir una fibrosis pulmonar y llevarte al otro barrio. Así que a cuidarse y para ello a dimitir, para no acumular stress. Pero, alma de cántaro, ¿dónde vas a ir tú. si no te sabes ganarte la vida con la toga?