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COVID-19: un virus de diseño chino

Redacción




Enrique de Diego.

La tiranía comunista china es de una crueldad oriental. Reprimió sin contemplaciones las protestas de Tinanmen y de la foto icónica del joven delante de un tanque sólo sabemos que fue muerto. Antes, en la época de Mao, se calcula que hubo cien millones de muertos en la diferentes represiones. Mantiene la política de un hijo, que provoca muchos crímenes, pues en el campo prefieren al varón y suelen matar a las niñas que nacen. La persecución de los cristianos es despiadada y el Partido Comunista ha creado un cisma con su propia Iglesia Nacional. Especial saña ha demostrado en la persecución de la Iglesia del Dios Todopoderoso, que una de sus prácticas era hacer en las plazas gimnasia y el Partido consideró que le estaba discutiendo el monopolio de la presencia pública. Fueron llevados a campos de reeducación, torturados y asesinados.

En Hong Kong, el Frente Civil de Derechos Humanos convocó una manifestación el 9 de junio de 2019 contra la Ley de extradición, al entender que era una trampa para imponer en la ex colonia británica todas las leyes de la República Popular China. Asistió más de un millón de personas. El 16 de junio, una segunda manifestación congregó a 2 millones de personas. El 1 de julio se produjo el asalto al Parlamento. El 5 de julio se decretó la huelga general. El 4 de septiembre se produjo la retirada de la ley. El 24 de noviembre en las elecciones locales arrasaron los candidatos del Bloque Democrático. Las manifestaciones se hicieron una constante. El 1 de enero de 2020 Hong Kong entró con otra gran manifestación.

Vamos a situarnos en el Laboratorio de Bioseguridad de Wuhan, a 37 kilómetros de la ciudad.  Mi tesis es que el virus ha sido intencionadamente lanzado sobre la población con fines eugenésicos  y de represión. Es un virus de diseño que ataca especialmente a los ancianos y a las personas que sufren patologías previas. Por supuesto, esto no se podrá probar nunca, pero todas las piezas encajan, empezando por el ya mítico programa de la RAI en 2015 que habla de «supervirus» que infecta a los humanos. El prestigioso programa TGR Leonardo de la RAI emitió el 16 de noviembre de 2015 un reportaje en el que informaba que científicos chinos «que injertó una proteína de superficie tomada de un murciélago en un virus que causa SRS derivado de ratones». Rambla Libre ha ofrecido en primicia este dato relevante, que a nosotros nos parece concluyente de: a) China hacía experimentos virológicos con el coronavirus; b) los científicos chinos consiguieron que infectaran directamente a humanos, sin el paso intermedio a través de un murciélago; c) el virus era letal al atacar gravemente a los pulmones.

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https://youtu.be/YHD5bfIghNU

China había entrado en un período de desaceleración en 2019 con un crecimiento del 6%, según la Oficina Nacional de Estadística, quien consideraba que «debemos ser conscientes de que el crecimiento económica y comercial mundial se está desacelerando». Los chinos entregan su libertad a cambio de mejoras económicas y a Occidente le ha venido muy bien mirar para otra parte en materia de derechos humanos para tener una manos de obra barata, casi esclava. A China, por el momento, le ha salido bien la pandemia: ofrece al mundo, con datos falsos, un éxito médico en Wuhan, se convierte en la suministradora de material médico a Europa, muchas veces defectuoso, genera un síndrome de Estocolmo, y además hace más dóciles a los chinos, confinados tres meses en Wuhan y acaba con las protestas endémicas de Hong Kong.

En un muy leído artículo de Roberto Centeno, Catedrático de Economía, en Rambla Libre, se lee una información adicional interesante. El Laboratorio Nacional de Bioseguridad ha sufrido un proceso de privatización: «hay otra versión, la conspiranioca, ¿y cual es esa versión? Miramos alrededor y ¿qué vemos? Un laboratorio llamado WuXI App Tec, localizado en Wuhan en el 666 Gaoxin Road East Lake, cuyo objetivo se describe como “investigación de pequeñas moléculas para la creación de medicamentos”, o sea, un laboratorio biológico. Y ya la bomba. ¿Quién es uno de sus principales accionistas? Ese auténtico genio del mal llamado George Soros. Esto queridos lectores, no es una teoría conspiranoica, esto son hechos. Otro hecho es que el mercado de Wuhan por sucio y antihigiénico que sea no había producido epidemia alguna, y llega Soros monta (con otros) un laboratorio de “investigación biológica”, y al cabo de un tiempo, zas, una epidemia con consecuencias económicas potencialmente gravísimas, justo el año en que las encuestas dicen que el enemigo mortal de Soros y que ha jurado acabar con él va a arrasar en las elecciones de Noviembre».

Fuentes que me merecen toda la credibilidad indican que otro accionista es Bill Gates, dueño de Microsoft, quien curiosamente dio una conferencia hace unos años sobre un virus letal que asola la Humanidad.

El daño económico es terrible y China queda en pie con capacidad de expandirse. Li Wenliang, el oftalmólogo que anunció por la red china WedChat a sus amigos que algunas personas estaba siendo tratadas de un virus similar al SARS, que causó centenares de muertos en 2003, ha muerto curiosamente infectado de coronavirus. Fue llamado por la policía y acusado de difamación, tuvo que reconocer «un delito menor» y comprometerse a no decir nada. La tiranía comunista china es opaca. El Comité de Salud Municipal informó a los médicos que personal del Mercado Mayorista de Mariscos habían ingresado con «neumonía atípica», pero ordenaban no informar de la cuestión.

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Los problemas de información chinos han jugado un papel letal. El despacho de abogados The Berman Law Group presenta una denuncia colectiva basada en el daño causado por esa opacidad. “Estamos aquí para asistir a todas las personas y empresas que se han visto negativamente afectadas por la incapacidad de China de manejar el brote de manera responsable a obtener una compensación monetaria por los daños que han sufrido. Sin embargo, lo más importante es que esperamos que esta demanda unifique al pueblo estadounidense para que se levante y haga responsable a China por sus acciones”.

“Creemos que este no es un problema demócrata o republicano. Este es un problema estadounidense”. En última instancia, “tanto la empresa como nuestros clientes esperan obtener un veredicto contra China por daños económicos causados por sus errores relacionados con la contención y detención de la propagación del Covid-19”.

En el bufete reconocen que desde que anunciaron su demanda colectiva contra China, han recibido enormes muestras de interés “tanto a nivel local en Estados Unidos, como en múltiples países en todo el mundo. Continuamos registrando más clientes cada día, y esperamos que esto continúe”.

No es la única demanda que va a ser presentada. Ese coronavirus ha sido lanzado por el Gobierno chino desde el Instituto Virológico sito en Wuhan, tal y como refleja la demanda interpuesta en Estados Unidos por 20.000 millones contra las autoridades chinas por el brote de coronavirus, alegando que es producto de un arma biológica. Las medidas legales están lideradas por el abogado estadounidense Larry Klayman y su grupo de defensa Freedom Watch, junto con la empresa de Texas Buzz Photos. En el documento se observa que la demanda apunta contra el gobierno chino, el ejército chino, el Instituto de Virología de Wuhan, el director del Instituto de Virología de Wuhan, Shi Zhengli, y el general de división del ejército chino Chen Wei.

El Partido Comunista Chino es capaz de lanzar una guerra biológica para ganar una guerra comercial; le importan poco los chinos que caigan, ancianos y enfermos, sobre todo, tiene excedentes de población y vive bajo el terror malthusiano; ha conseguido evitar las manifestaciones en Hong Kong y ha desatado una crisis económica sobrevenida a la emergencia sanitaria sin precedentes. El mundo ya no será igual y China no puede ganar y es, a día de hoy, lo que parece.

Persecución religiosa en la dictadura comunista China