Luis Bru.
Por fin, Federico Jiménez Losantos tuvo a bien reincorporarse y lo hizo tarde, entrada las 8 de la mañana, en vísperas del debate de investidura. Se anuncia información especial sobre el debate que abrirá Luis del Timo. Uno sospecha que Rosa Laviada y Sara Sanz le sustituyen para que se le eche en falta, porque Losantos sólo admite a su lado y en su entorno a mediocridades. Se entiende la estrategia de acoso y derribo a César Vidal, un tipo brillante. Las dos locutoras han cumplido su papel: han sido suficientemente mediocres.
Losantos se reincorpora y se sitúa «en la resistencia» apostando claramente por Inés Arrimadas, cree en la resurrección de Inés y afirma que «Ciudadanos puede resucitar», aunque tiene que recuperar la credibilidad perdida por el «postureo de Albert Rivera». Ciudadanos, dice Federico, tiene un millón de abstencionistas. No sabemos si con el calendario endiablado de elecciones gallegas, vascas y catalanas cuando podrá resucitar Arrimadas y se le echarán unas cuantas paladas más porque está mal enterrada.
Muy crítico con Pablo Casado a priori: «va a meter la pata hasta el corbejón». Losantos está molesto porque no ha seguido sus consignas, que era ofrecer su abstención y la del PP a Pedro Sánchez, «como le recomendaban sin excepción todos los barones», con una excepción terrible: «excepto Mariano Rajoy». Y condescendiente con Vox. Lo suyo es enamoramiento de Arrimadas a la que ve «como la Virgen de Murillo», curiosa blasfemia de este agnóstico. Encomió la ronda de llamadas a los barones socialistas. El de Extremadura «ni se puso, ni que fuera Pedro Sánchez». Lambán estuvo el otro día «con el himno nacional con letra de Pemán», pero luego nada.
Veremos, se pregunta Losantos, si Teruel Existe o «Teruel desiste» y como el de las anchoas ceda…Porque «están ganando los más malos» con un «partido socialista que ha querido traicionar a la nación» liderado por «don felón» después de Fernando VII el mayor. Pedro Sánchez va a cometer «perjurio», que «es delito», pero claro dado que «estamos en un golpe de Estado», «ya que no les ha salido el de Barcelona, quieren saber si les sale el de Madrid».
Federico breve, pero en estado puro. Sobre los periodistas: «hato de ratas serviles». Luego «la clase de gentuza de los políticos», que son «inhumanos».
Con la vuelta de Federico, vamos a evitarnos a la tal Sara Sanz, que algunos la ven como Losantos bis, no sé que habrán visto en ella, pero debe dejar de confundir «desampañar» por «desempeñar» y dejar de decir «en los próximos memes», por en los próximos meses. Para dar paso a un gangoso Pablo Planas, corresponsal en Barcelona. Todo penoso.
Luego Losantos se puso a hablar de la ruptura de Bigote Arrocet y María Teresa Campos, que se tirán los trastos, y Federico se encontró en su salsa rosa.