
Miguel Sempere
Las elecciones gallegas y vascas tendrán una inevitable lectura nacional. Tres encuestas de fin de semana, confirman las anteriores: Ciudadanos puede quedar fuera de juego en Galicia (donde oscila entre 0 y 2, en dos encuestas, y entre 0 y 1, en la tercera) y en Vascongadas, donde no se le ofrece ninguna posibilidad de revalidar el diputado por Álava que tenía UPyD, un partido mucho más implantado.
Esto no va a llevar a que se cuestione el liderazgo de Albert Rivera porque Ciudadanos no es un partido, sino un grupo de amigos que han ido vendiendo la marca como una franquicia, y luego se han dedicado a expulsar a un gran número de franquiciados.
Era obvio que el pacto con el PP, siendo competidores, le iba a venir mal, pues el exceso de fotos comunes hace que se difuminen las diferencias y que se considere más útil votar al mayoritario.
Podemos está empezando a dar muestras de agotamiento: la tercera posición en Vascongadas es muy desmerecida, después de haber ganado las generales; y la mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijoo hace cuestionable el golpe de mano de Pablo Iglesias desmantelando a Podemos y ciscándose en la democracia interna.
Pedro Sánchez, tras la zarabanda que se le viene encima, puede salvar los muebles si el PNV mejora posiciones, como indican las encuestas, porque un gobierno PNV-PSE no precisaría de los votos del PP.