Javier García Isac. Director de Radio Ya,
El Partido Socialista presume de historia. Utiliza la cuartada de la ley de memoria histórica para blanquear su pasado de terror, odio y crimen. En este blanqueamiento de su historia, nunca ha estado solo, ha contado como cooperador necesario con el Partido Popular, que decidió mirar a otro lado, entregando a la izquierda una superioridad moral de la que en verdad carecen y dejándose arrastrar por lo políticamente correcto, que como era de esperar, es la izquierda lo que nos dice que es lo correcto.
El Partido Popular se dejó llevar, se dejo arrastrar por los socialistas, que son los que marcan el centro político de este país, por muy escorados que sean sus planteamientos. La izquierda y los medios comparsa, los medios de comunicación complacientes, entiende que avivar una polémica, es llevarles la contraria y poner en duda sus planteamientos morales e ideológicos. Nos han acostumbrado que discutir o rebatir a la izquierda, es ser polémico, extremista y muy ultra.
Pablo Casado ganó unas primarias en su organización prometiendo recuperar principios y valore. Cuando se habla de recuperar, se reconoce de forma implícita que algo habías perdido, aunque soy de los que piensa que es imposible recuperar lo que nunca has tenido. Meses después de esta victoria interna dentro del Partido Popular, Casado decide alejarse de los postulados que le alzaron con la presidencia del PP, abandonar todo atisbo de aquello que dijo que pensaba recuperar, y no contento con esto, decide incluir en sus listas, de cara a los próximos comicios electorales, personas vinculadas y muy significadas con el Sorayismo y sobre todo con el ex presidente Mariano Rajoy.
Pablo Casado está haciendo un partido con el que Sánchez, secretario general del PSOE, se pueda sentir cómodo. Un Partido Popular como el de Mariano Rajoy, con el que se pueda hablar, como así le había reclamado el propio Pedro Sánchez a Casado. Todo en Casado ha sido un bluf, una engañifa. Este es el mismo Partido Popular de siempre, el que renuncio a dar la batalla ideológica, el que no se presento a rebatir las grandes mentiras de la izquierda y el culpable de haber otorgado a la izquierda, la tan manida superioridad moral. La derecha cobarde y acomplejada que permite que la izquierda le marque el paso e incluso influya en la elección de sus candidatos, y que nos dice quien puede ser o no de centro.
Algo está cambiando desde el momento que cada vez más gente pone en duda las clases de moralina que desde la izquierda en general y muy particularmente desde el psoe se nos intenta imponer. La osadía socialista llega tan lejos, que incluso se atreven a afirmar que gracias a ellos, Santiago Abascal puede hablar públicamente desde un escenario. El PSOE pretende hacernos creer que ellos han traído la libertad y la democracia ha este país, que son ellos y no otros, los que han inventado la rueda, el teléfono e incluso la penicilina. Lejos quedan aquellos tiempos donde nos vendían que la seguridad social, la televisión y las pagas extras eran cosa de los socialistas. El partido socialista, tiene una historia tenebrosa de terror, odio, crimen y corrupción. El partido socialista nunca ha creído en la libertad y mucho menos en la democracia, incluso en los actuales tiempos, cuando han gobernado, son una fábrica de limitación de libertades individuales. El Partido Socialista, siempre cercano con los verdugos y poco con las víctimas, creen en la democracia si los resultados les son favorables, creen en su libertad y no en la del resto, tratando de imponernos su visión totalitaria de la sociedad y sustrayendo del debate cuestiones que para ellos no pueden ser debatidas. El Partido Socialista decide quién debe hablar, sobre qué temas y que deben decir, y en esta tarea, el Partido Popular se presta al inmoral juego socialista.