Enrique de Diego
Según fuentes internas de Moncloa, la UE y Ángela Merkel han presionado a Mariano Rajoy para que saliera del inmovilismo y avanzara para romper el bloqueo institucional. Esa presión ha sido clave, según esas fuentes, para aceptar las condiciones de Ciudadanos e iniciar las negociaciones para un acuerdo de investidura y, seguramente, de legislatura.
El hecho de que no se impusiera multa a España por el incumplimiento del objetivo del déficit fue un respaldo a Mariano Rajoy. “Lo que vendió Luis de Guindos en Bruselas fue que ese importante gesto permitiría a Mariano Rajoy formar Gobierno y cerrar el paso a los populistas de Podemos”, aseguran las fuentes monclovitas consultadas. “Ahora hay que cumplir: formar Gobierno y remitir, en tiempo y forma, los Presupuestos aprobados a Bruselas”. En otro caso, sería «imparable» la multa de 5.000 millones y la congelación de 1.100 millones en fondos si se llega al 15 de octubre sin Presupuestos.
La condescendencia en no imponer una multa, notablemente gravosa para una economía debilitada, fue, sobre todo, una decisión alemana. Ángela Merkel necesita estabilidad en Europa, especialmente tras el terremoto del Brexit, y ante su mismo horizonte electoral, con elecciones en varios Länder en septiembre, como su feudo Pomerania Oriental, y elecciones generales en 2017. Y las encuestas no le son favorables.
En ese sentido, Mariano Rajoy se habría visto obligado a dar pasos, pero, señalan las fuentes monclovitas, “la investidura no está asegurada”. Rajoy necesita la abstención del PSOE, sobre el que se está ejerciendo presión –incluso amenazando con terceras elecciones a celebrar el emblemático día de Navidad- sin que, hasta el momento, haya producido el más mínimo efecto. Rajoy ya ha anunciado que llamará esta semana a Pedro Sánchez, quien, por ahora, ha adelantado su no a la investidura y, en su caso, a los Presupuestos.
El esoterismo del apoyo del PNV
En caso de mantenerse esa posición, la investidura sólo tendría posibilidades de salir adelante con la abstención de los diputados del PNV. Fuentes independientes consideran que “el mismo PSOE estaría encantado de que el PNV diera ese paso”, aunque fuentes de analistas vascos, que consideran que el PNV sí podría estar interesado en conseguir “transferencias y dinero”, como la competencia de las cárceles o el acercamiento de los presos etarras, consideran difícil que se dé ese paso “teniendo a la vuelta de la esquina elecciones en el País Vasco el 25 de septiembre”.
Esta vía de acuerdo con el PNV -fue la primera apuntada pr Rajoy– exige un alto nivel de pragmatismo, rozando el cinismo mutuo, de PP y PNV, porque, en algunos aspectos parece de política ficción. Así, la secretaria general de los populares vascos, Nerea Llanos, acaba de declarar que el PNV pretende formar en el Parlamento Vasco un «tridente» junto a EH Bildu y Podemos, que sería «la versión vasca de Junts pel Sí», para lograr la «desconexión» de Euskadi con España. Llanos aún ha ido más allá al señalar «que nadie se llame a engaño. El PNV, con el tridente, “intentará la desconexión con España y Europa», recordando además que el «eje» del programa electoral de la formación de Íñigo Urkullu es la convocatoria de una consulta soberanista. Afrontar con estos aliados la pretensión secesionita de la Generalitat catalana es bastante voluntarista. En cualquier caso, el propio Iñigo Urkullu volvió a considerar ayer inviable cualquier acuerdo con el PP.
“La presión que ejerce Europa sobre Rajoy no es menor que la que se está aplicando a Pedro Sánchez”, señalan las fuentes monclovitas.