Luis Bru.
El clima en el digital de Pedro J Ramírez se ha tornado irrespirable y se está produciendo una auténtica desbandada provocando la descapitalización humana del medio. Fuentes internas señalan que Ramírez ha descuidado su dedicación al digital en beneficio de sus relaciones sociales y apariciones en acontecimientos del corazón, para lucir a la polémica abogada Cruz Sánchez de Lara, mientras en la redacción ha generado un clima estresante, a causa de la escasa influencia del medio y de la falta de exclusivas.
Este clima irrespirable ha hecho que en solo dos semanas hayan abandonado la redacción seis periodistas considerados fundamentales dentro del organigrama, varios de ellos desde el momento fundacional. Según informa El Confidencial Digital, los dos últimos en abandonar un barco a la deriva son Víctor Colmenarejo y Enrique Lavilla, dos piezas básicas. Colmenarejo ha sido durante un año y medio el responsable de fin de semana en El Español. Enrique Lavilla se sumó al proyecto de desde su lanzamiento a finales de 2015. Se ha ocupado del cierre del periódico de lunes a viernes.
Los otro cuatro periodistas que han abandonado el digital en estas dos semanas negras son: Alberto Lardiés, que informaba sobre Podemos; Célio Pires, de la sección de Diseño; Patricia Morales, responsable de vídeos; y Beatriz Yubero, de la sección de Reportajes, que acababa de incorporarse a la redacción hacía pocos meses. En agosto se fue Peio H. Riaño, jefe de la sección de Cultura durante tres años, que se fue entre graves acusaciones de censura por intereses personales contra Pedro J.
Durante los meses de verano, el fundador de El Mundo ha perdido a otras de sus piezas claves: Fernando Baeta –número dos y vicedirector del digital- y unos meses antes, Alejandro de Vicente que dejó la vicepresidencia, tal y como recuerda El Confidencial Digital.
Desde que se divorció de Ágatha Ruiz de la Prada, Pedro J no da una
No se puede establecer una relación causa-efecto, pero desde su sonado divorcio de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada podría decirse que Pedro J no da ni una y se le tuerce todo. En el terreno de los hechos probados, las cuentas de la vieja económicas no se están cumpliendo y el digital es una ruina, sobre todo porque no es capaz de ofrecer información diferencial solvente lo que hace que el número de suscriptores esté muy lejos del umbral de rentabilidad y además la audiencia no resulta creíble pues es la suma de diferentes webs. Expertos del sector no dan más de dos años de vida a un proyecto que se presentó, con cierta prepotencia, llamado a revolucionar el mundo de internet y que, en relación con quienes aportaron dinero al proyecto, se mueve en términos de estafa moral, pues no son propietarios de acciones y no pueden vender, como desearía un número elevado de poseedores de participaciones.