Enrique de Diego.
Haciendo abstracción del histrionismo del mequetrefe Gabriel Rufián y de la torpeza dialéctica del tardocomunista Pablo Iglesias, por supuesto, José María Aznar, que el PP ha tenido una caja B y, por supuesto, que la pusiste tú en marcha y la trajiste experimentada de Valladolid, en tu etapa de presidente de la Junta de Castilla y León.. Por supuesto que tu primer gobierno y todos los restantes han sido pandillas de chorizos y tu partido, una completa mafia hasta los tuétanos. Por supuesto, que tú fuiste el padrino de Francisco Correa y de su trama. Y, por supuesto, que te financiaron con mordidas aquella boda, entre lo sublime y lo ridículo, de tu hija en El Escorial.
Me sorprendió verte en el Congreso de los Diputados, en una Comisión de investigación sobre la financiación irreguilar del PP en la que nadie ha investigado nada ni trabajado lo más mínimo, tan alucinado, tan ido, con tanta pérdida del sentido de la realidad, tú que fuiste la gran oportunidad perdida de una regeneración moral y política, que prometiste y hurtaste anteponiendo en todo momento tus intereses personales a los de España. ¿Es preciso recordarte, que hablando en catalán en los momentos más íntimos con Ana Botella, que diste órdenes al Defensor del Pueblo para que no recurriera la Ley de Normalización Lingüística? ¿Hay que recordarte, patriota de pacotilla, que fuiste tú quien hiciste el despliegue de los mossos o quien vaciaste de competencias el Estado a favor del gobierno regional vasco? Si Cataluña está como está, también es por tu culpa, y por tus ilimitadas cesiones al chorizo de Jordi Pujol. Tú entregaste la cabeza de Alejo Vidal-Quadras al separatismo, que entonces era entregar España en Cataluña. Y eso lo hiciste tú, tan servil con los separatistas mientras convino a tus intereses personales.
Ni tan siquiera modificaste la composición politizada del Consejo General del Poder Judicial y te enfangaste en un demoledor proceso de corrupción ideológica. La última vez que nos vimos, fue para pedirme tregua, que no te dí, de que no te criticara porque habías decidido no tocas la Ley del aborto y mandar la defensa del derecho a la vida al baúl de los recuerdos.
Fuiste y eres un fraude, alucinado Aznar. En tu haber están las privatizaciones pero hechas de manera tan torticera, tan para los amigos, que has generado una red tupida de onerosos oligopolios, que el pueblo padece. Destrozaste la textura vital de España, extendiendo la corrupción y la cultura del pelotazo por todo el cuerpo social, con la burbuja inmobiliaria y generaste un problema gravísimo abriendo las fronteras de España a una inmigración descontrolada y cuanto se te dijo, tú, que hace tiempo perdiste el norte de tanta adulación y tanto lacayismo, respondiste con inmensa frivolidad que “teníamos ya problemas de países ricos”. Es de toda lógica que tu yerno ande de comisionista y uno de tus hijos de tiburón de los fondos buitre.
La intervención en la guerra de Iraq fue una estupidez y una canallada. Jugar a ser primera potencia con la foto de las Azores seguirá estando por mucho tiempo en el frontispicio de la estupidez humana; porque toda tu segunda legislatura fue una exuberancia de estupidez irrestricta. Aquella intervención en Iraq, con la patraña de las armas de destrucción masiva, ha costado casi el exterminio de los cristianos en Iraq y Siria, que pesarán sobre tu conciencia, aunque en tu comparecencia, con ese rostro hierático, dio la impresión de que la tienes cauterizada. Tu gestión fue aparente en el corto y desastrosa en el medio y el largo plazo.
Le dijiste al pobre de Rufián que tú estás a favor del “orden liberal” y añadiste la coletilla de que ha dado la más larga etapa de libertad y prosperidad. ¿Dónde, cuándo? Dejo por vomitiva la bufonada de que has estado décadas promoviendo el liberalismo desde una fundación como la FAES subvencionada al 100%, parasitando de los Presupuestos públicos, según la norma de todo liberal español que es predicar para los demás las excelencias de lo privado pero instalarse de lo público como una sanguijuela. No voy a remover pecados personales de juventud –me remito al libro “El sucesor” de Raimundo Castro-, pero los primeros pasos por el liberalismo los diste de mi mano, intentando dotarte de un armazón ideológico viniendo tú de predios falangistas de los que querías poner distancia. No ha habido ni hay mayor ataque al orden natural que ese desorden liberal que por todas partes está destruyendo las naciones y las sociedades europeas, con una autodestrucción impulsada desde arriba, en medio de una inmensa cloaca de corrupción. Eres un defensor, sí, del gran desorden liberal que ha abierto las fronteras a la inmigración invasiva, que está provocando la islamización de Europa. Todo al servicio de las élites y del capitalismo salvaje.
Te tengo Aznar por un fiasco, por un falso patriota, por un enemigo de la identidad de España. Y, por supuesto, la caja B del PP, que no es cosa de dos ayuntamientos, sino de toda la estructura, la montaste tú. Mariano Rajoy no tiene imaginación para tal cosa; fue simplemente un beneficiario. Y la montaste tú, alucinado José María, para tener unida a la derecha mediante el reparto de sobres. Esa es la pura, estricta y sucia verdad.