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Alarma: Masacre de autóctonos a manos de buenistas

Redacción




Enrique de Diego.

La primera fase de la extinción de los autóctonos europeos consiste en la masacre de los hijos: caída de la natalidad, destrucción de las familias y robo de los niños por los servicios sociales. Es una fase que está muy avanzada. Se perpetra a manos de buenistas que se presentan con los harapos de una superioridad moral falsa.

A Cristina López le han quitado su hijo no las monjas del franquismo sino las monjas laicas del progresismo, punta de lanza de la masacre de los autóctonos. Cristina López, piloto civil, vivía en Escocia y acudió con su hijo de vacaciones a Mallorca se lo robaron por una orden administrativa de los técnicos del IMAS, Instituto Mallorquín de Servicios Sociales, ejecutada con la patada en la puerta por la Policía Local del Ayuntamiento de Esporles, bajo el mando de Miquel Ensenyat, hoy presidente del Consell de Mallorca.

Alberto Orego, Xisca Torres y MIquel Ensenyat.

La trama destructora de autóctonos está encabezada por Francina Armengol, presidente del Gobierno balear, el citado Miquel Ensenyat, Fina Santiago, consellera de Servicios Sociales, Margalida Puigserver, presidenta del IMAS, Serafín Caraballo, Defensor del Menor.

Margalida Puigserver. /Foto: diariodemallorca

Se trata de personas convenientemente feministas, suficientemente partidarias del colectivo LGTBI –Miquel Ensenyat estuvo a punto de ordenarse sacerdote, hasta que salió del armario-, altamente pacifistas, sanamente ecologistas y, por supuesto, partidarias de las puertas abiertas a la inmigración. Aman mucho a la Humanidad pero odian a los autóctonos.

Cristina López con su hijo Àngel. /Foto: ramblalibre.com

El robo de niños por los servicios sociales está generalizado en toda España. Es una trama institucional incentivada por la Unión Europea que subvenciona con entre 4.000 y 6.000 euros mensuales cada autóctono destruido. Porque se trata de una destrucción sistemática: niños que son arrancados de los brazos de sus madres, muchas veces con la excusa de la violencia de género, que son enfrentados a sus padres, ante los que desarrollan mutismos selectivos. Niños y niñas que crecerán con traumas aparentemente irreversibles y cuya relación con sus padres se realiza de peras a uvas en sórdidos puntos de encuentro, y cuyas medidas cautelares son cada vez más punitivas.

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https://youtu.be/7FcL99R7C3Q

Se trata de exterminar a los autóctonos, de hundir la natalidad, de que la siguiente generación traumatizada sea incapaz de procrear, crezca estéril mentalmente y todo esto se hace en su nombre, por personas que se presentan como progresistas, que no tienen hijos pero se dedican a destruir los de los demás.

Cristina López, madre coraje, en huelga de hambre para recuperar a su hijo. /Foto: ramblalibre.com.

El brebaje tiene altísimas y estomagantes dosis de hipocresía, y en el caso mallorquín de catalanismo y separatismo. Son la más rancia reacción casposa travestida de ropajes progresistas, son los nuevos nazis con sus campos de concentración bajo el rótulo de servicios sociales, ese tipo de eufemismos de los totalitarios al igual que los nazis hacían pasar a sus víctimas en Auschwitz bajo el rótulo: “El trabajo libera”.