Redacción.
“Con la verdad por delante”, el nuevo libro de Enrique de Diego, a la venta en Amazon (https://www.amazon.es/dp/B07GC8HMFK) sale en el momento oportuno, cuando las señales de cambio y resurgimiento de Europa empiezan a extenderse de manera generalizada. Es, por tanto, un libro que genera esperanza y en el que la claridad es el instrumento de la regeneración.
Se trata de lo mejor de Rambla Libre de dos años de fructífero trabajo. Un mosaico variado en el que destaca la denuncia de la manipulación mediática y el combate contra el proceso de ingeniería social que pretende desplazar a los europeos autóctonos –a los españoles, por ende- al tiempo que se les expolia.
El libro tiene dos partes. En la primera se rompe el muro mediático con el que se atenaza a la población española, la farsa en la que todos participan, desde supuestas etiquetas contrarias, en un falso debate, para administrar la mentira al servicio de las élites depredadoras. Enrique de Diego no deja títere con cabeza porque todos son títeres y tienen muy poca cabeza. Interesantes las galerías del lacayo pepero y el ignorante ilustrado, sin desmerecer los ajustes de cuentas con Federico Jiménez Losantos y Pedro J Ramírez.
En la segunda parte se entra más directamente en el terreno de la política, con exclusivas como la corrupción del socialista José Bono o del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy. O la implicación de la ministra de Defensa, Margarita Robles en el robo de una bebé.
También se entra a fondo en la degeneración de Juan Carlos Borbón. Especialmente interesante el caso del asesinato de Sandra Mozarowki. Temas que solo ha tratado Rambla Libre tienen aquí un espacio destacado, como el carácter destructivo de los servicios sociales o los efectos perversos de la Ley Integral contra la Violencia de Género, con especial atención a la trama judicial de Pozuelo de Alarcón. Se reproducen las cartas contra Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Casado. Hay que llegar al interesante y profundo Epílogo, todo un programa de acción.
Una lectura placentera, grata y motivadora en un momento en el que es preciso reforzarse y rearmarse moralmente frente a la situación de emergencia civilizatoria.