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«Problemas mentales», estrategia de manipulación de la corrección política

Redacción




El crimen de Reutlingen se achacó a "violencia de género", sin aportar ningún dato. /Foto: s5.webdigital.hu.
El crimen de Reutlingen se achacó a «violencia de género», sin aportar ningún dato. /Foto: s5.webdigital.hu.

Virginia Montes

La referencia a «problemas mentales» en el asesino se ha hecho constante en las policías europeas en atentados llevados a cabo por musulmanes. Se trata de una estrategia de la corrección política para evitar la indignación de las poblaciones hacia las posturas tolerantes de los políticos con la inmigración y con el islamismo radical en las mezquitas. Y para intentar conseguir que no se cuestione el multiculturalismo.

Tras el apuñalamiento de Londres, de inmediato se ha recurrido a lo de «problemas mentales». Así, el comandante de Scotland Yard, Mark Rowley, ha asegurado que la «salud mental» del hombre es un «factor significativo» del ataque y la «principal línea de investigación» sobre la que se trabaja, si bien no descarta la posibilidad de que se trate de un atentado terrorista.

Los problemas mentales no son incompatibles, al contrario, con el fanatismo religioso musulmán ni con el terrorismo.

«Problemas mentales»: estrategia de manipulación de la corrección política

La nueva estrategia de distorsionar las masacres achacándolas a «problemas mentales» se inició tímidamente en Orlando, donde al fina se recurrió al término genérico de «matanza homófoba», fue utilizada por políticos y policías franceses en la masacre de Niza, donde se destacó el carácter depresivo del asesino, musulmán tunecino. Fue elevada a manipulación paranoica por la Policía alemana, donde se destacó que el suicida de Ansbach tuvo dos intentos de suicidio y por su salud mental no se le deportó. La Policía alemana ha conseguido, mediante procesos de insinuación y manipulación, situar la masacre de Múnich, por un «germano-iraní», como llevada a cabo por un émulo de Anders Breivik, sin ningún dato para establecer esa especulación. Donde la manipulación ha sido completa fue en el asesinato, el día 24 de julio, de una mujer embarazada en la ciudad alemana de Reutlingen, por un refugiado sirio musulmán, crimen que fue descrito como de «violencia de género», sin que se aportara dato alguno para sostener esa afirmación, nada relativo a la relación que pudieran tener el asesino y la víctima. De hecho, ese crimen ha sido sacado directamente de la documentación sobre masacres protagonizadas por musulmanes. De hecho, la palabra musulmán está prohibido utilizarla. Tampoco ningún medio ha mostrado el más mínimo interés por investigar la veracidad de los historiales psiquiátricos de los asesinos.