Editorial.
El de Pedro Sánchez es un Gobierno débil, que no fue refrendado por las urnas, que hecho fue seriamente castigado, obligado a la cesión, a lo que está bien dispuesto, cambio de puestos y sueldos y de medios de propaganda. La sesión parlamentaria ha sido un auténtico chalaneo, al que el PP se prestó pidiendo 5 puestos, cuando la dignidad manda frente a un Gobierno ilegítimo no pactar nada. La postura de Ciudadanos ha sido aquí coherente no prestándose a la componenda. Lo que ha hecho Pedro Sánchez es vender España por un plató de RTVE y puestos para patentes sectarios, con tradición de censores. Para el asalto a RTVE, que debe estar concluido a mediados de julio, el Gobierno de Pedro Sánchez ha tenido que rendir pleitesía a Esquerra Republicana y PDdeCat, sacando a sus ministras a mostrarse solícitas en la cesión y anunciando que está dispuesto a hablar de un referéndum pactado, que le haría entrar en el terreno del delito. Con 177 votos, han salido elegidos los primeros seis nuevos consejeros de la corporación: Tomás Fernando Flores, Concepción Cascajosa —propuestos por el PSOE—, Rosa María Artal, Cristina Fallarás, Víctor Sampedro —promovidos por Unidos Podemos— y Juan José Baños Loinaz (aupado por el PNV). Los cuatro que faltan por nombrar son: Juan Tortosa y Fernando López Agudín, planteados por los morados, e Isabel Cerrada y Josep Lluís Micó, señalados por los socialistas. Una selección de comisarios políticos.