Virginia Montes.
Italia se ha cansado del tráfico de personas humanas protagonizado por las ONG hacia Italia. El nuevo ministro del Interior, Matteo Salvini, de la Liga, lo ha expresado de manera clara: «Italia no asumirá ni a un solo inmigrante más«. Por medio la situación creada por la nave Aquarius de Sos Méditerranée, con 629 inmigrantes -123 menores no acompañados, 11 niños y 7 mujeres embarazadas- procedentes de Libia «rescatados» esta noche por Médicos Sin Fronteras.
El Gobierno italiano no permitirá que atraque en ningún puerto de esa nacionalidad. Exige, además, a Malta que acoja a la embarcación por ser «la opción más segura». Malta no está dispuesto a acoger, pues según un portavoz gubernamental, citado por el diario Malta Today, “el rescate ocurrió en el área de búsqueda y rescate de Libia y fue coordinado por el centro de coordinación de rescate en Roma. Malta no es la autoridad coordinadora y no tiene competencia en este caso”.
El anuncio de la negativa de abrir los puertos italianos a una nave de rescate se sitúa después de que hace unos días 232 inmigrantes rescatados por la ONG alemana “Sea Watch” llegasen al puerto de Reggio Calabria después de 4 días en el mar y tras al recibir la negativa de desembarcar por parte de las autoridades de Malta. En esa ocasión Salvini denunció que “una ONG que bate una bandera holandesa o alemana pasa delante de Malta saludando y llega a Italia” para desembarcar a inmigrantes y aseguró que “ esto no volvería a pasar”.
La cuestión añadida es si España, con un Gobierno débil y buenista, no se va a convertir en el objetivo preferente de la inmigración ilegal africana: el pasado mes, más de 3.400 africanos llegaron a las playas andaluzas.