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España es de derechas

Redacción




Enrique de Diego.

España es de derechas. No es ni del PP, ni de Ciudadanos, ni de Vox. Es de derechas. La corriente central de la sociedad española es de derechas. Está el dato repetido como tendencia en las encuestas de que entre PP y Ciudadanos sacarían mayoría absoluta, mientras el PSOE descendía y Podemos se mantenía estancado o ligeramente a la baja.

El discurso oficial es de izquierdas. El discurso mediático, uniforme en todos los medios, es de izquierdas; se mueve en las pautas degradantes de la corrección política que están en reflujo en toda Europa y que han sido abrumadoramente derrotadas en Italia, donde el socialismo ha devenido en marginal. Pero la sociedad es de derechas. Es obvio que éste es un Gobierno ridiculamente minoritario con 84 diputados. Y también lo es que la izquierda es minoritaria en el Congreso, pues los votos decisivos han sido de un partido muy de derechas como es el PNV y otro de la misma sintonía como PdeCat.

Pero la base social de España es mucho más de derechas que su representación parlamentaria, si bien Mariano Rajoy, que ha gobernado como un entusiasta heredero de lo peor del nefasto Zapatero, legitimando su estupidez, y haciendo en el Gobierno exactamente lo contrario de lo que estampaba en el programa y de lo que decía en las campañas. El daño hecho por Rajoy a la derecha y a España es incalculable. El PP, instalado en sus intereses y en su nauseabunda corrupción, se ha dedicado a aislar y a perseguir a la derecha. Con cuatro años de mayoría absoluta, no tocó lo más mínimo de la destructiva agenda de Zapatero, convirtiendo en consenso la estupidez. Mariano Rajoy es uno de los hombres con menos sentido común que ha habido en la vida pública.

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La base social, la sana derecha que es la columna vertebral de esta nación, ha resistido. Ha demostrado su fortaleza ante el pulso secesionista mostrando que España sí importa y mucho. Tras cuarenta años de persecución del patriotismo éste ha demostrado haber estado solamente latente.

La sociedad española está girando con fuerza hacia la derecha. No hay más que echar una mirada a las preocupaciones de los españoles tal y como las refleja el Centro de Investigaciones Sociológicas en su barómetro de mayo. Materia en la que no hay ni la más mínima cocina. Ninguna de las cuestiones con las que el discurso mediático oficial y la izquierda (a la que se ha sumado el PP) preocupa de manera relevante a los españoles, incluso con frecuencia ni lo más mínimo.

Por supuesto, los grandes motivos son comunes a la base social de derechas y de izquierdas, como el paro o los problemas de índole económico, los dos primeros del ránking. La consideración de los políticos como problema es más típica de la derecha. Pero es que cuestiones omnipresentes, con las que se machaca a la sociedad desde medios y partidos de izquierdas, no preocupan a los españoles. Es el caso del racismo, que sólo es citado como inquietante por el 0,2. Los problemas medioambientales, que también son tratados con amplitud, preocupan al 0,5%. La reforma laboral sólo al 0,1. Los desahucios, al 0,2. Los problemas relacionados con la mujer, entre los que hemos de contar esa falacia para indigentes mentales de la brecha salarial, realmente sólo preocupan al 0,9% de la población.

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La violencia contra la mujer, que ocupa casi todos los informativos, y que es la bandera prioritaria de este esotérico Gobierno preocupa al 3,4% de los españoles; un porcentaje muy bajo para todo el esfuerzo invertido y las subvenciones repartidas.

La inmigración preocupa casi lo mismo, el 3,3%, y eso que está prohibido hablar de la materia, y menos en términos de inquietud o críticos. La inseguridad ciudadana preocupa al 4,1%, aunque sistemáticamente se minimiza. Y, por ejemplo, la crisis de valores inquieta al 2,8%, cuando tal cuestión no se trata nunca en los medios o directamente se desprecia.

Nunca había habido un abismo tan grande entre la España oficial y la España real, que es de derechas, y cada vez más de derechas.