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Ciudadanos: Doble moral en grado extremo

Redacción




Redacción.

Rambla Libre se dispone a publicar una serie de informaciones exclusivas sobre el partido Ciudadanos que mostrarán como dicha formación practica una doble moral en grado extremo. La obsequiosa protección que la trama mediática del sistema viene ofreciendo a la formación liderada por Albert Rivera está generando el espejismo de que Ciudadanos es un partido regenerador. El uso y abuso del término regeneración es especialmente mendaz y manipulador.

Ciudadanos exige a los demás unos comportamientos que no vive. Ni tan siquiera es capaz de funcionar mediante el sistema representativo sino que lo hace por delegación, lo que le sitúa fuera de la Constitución. No es un partido democrático. No se extrae la representatividad de la base sino que se transfiere jerárquicamente desde una estrecha jerarquía.

A pesar de tal nivel de inconsistencia, Ciudadanos se permite, con notable hipocresía, exigir dimisiones, como hemos visto en el caso de Cristina Cifuentes, cuando en sus filas hay comportamientos muchos más graves.

1.- Varios cargos de Ciudadanos han mentido descaradamente en su curriculum, y lo han hecho durante años de cara al exterior, y también internamente. Curiosamente, Ciudadanos no les exige ninguna responsabilidad.

2.- Ciudadanos se financia irregularmente de las instituciones, de ayuntamientos, diputaciones y autonomías, de forma que no responde a estandares éticos sino que representa un corrupción letal de la democracia.

3.- Ciudadanos, de esa manera, acude dopado a las citas electorales.

4.- Ciudadanos funciona como una franquicia, con sede en Barcelona, en la que los franquiciados se saltan la ley de partidos y de financiación e incluso compran los puestos, en un retorno al caciquismo más degenerado.

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A pesar de toda la propaganda a favor, Ciudadanos no es un partido, ni de lejos, regenerador, como iremos demostrando en días sucesivos.