Desde su confirmación como el 26º Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS) de los Estados Unidos el 13 de febrero de 2025, Robert F. Kennedy Jr. ha iniciado su mandato con una agenda ambiciosa y polarizante, centrada en su campaña «Make America Healthy Again» (MAHA). Conocido por su historial como abogado ambientalista y su escepticismo hacia las vacunas, Kennedy ha asumido el liderazgo de una agencia que gestiona 1.7 billones de dólares en gastos federales, supervisando áreas críticas como la seguridad alimentaria, las vacunas, la investigación médica y programas como Medicare y Medicaid. A continuación, se detalla lo que ha hecho hasta el momento, sus iniciativas principales y las reacciones que han generado.
Primeros pasos en el cargo
Tras ser juramentado por el juez de la Corte Suprema Neil Gorsuch en la Oficina Oval, Kennedy acompañó al presidente Donald Trump en la firma de la Orden Ejecutiva 14211, que estableció la Comisión MAHA, presidida por él mismo. Esta comisión tiene como objetivo investigar las causas de la «crisis de salud» en Estados Unidos, con un enfoque particular en las enfermedades crónicas infantiles, como el autismo, la obesidad y la diabetes. Kennedy ha prometido resultados medibles en dos años, según declaraciones en Fox & Friends, donde afirmó que el aumento de estas enfermedades está ligado a «toxinas ambientales» y prácticas industriales.
Una de sus primeras acciones fue anunciar, el 16 de abril de 2025, que en pocas semanas se publicarán estudios para identificar toxinas ambientales relacionadas con el aumento del autismo, según un comunicado en X. Aunque no se han revelado detalles específicos, esta iniciativa refleja su interés de larga data en vincular factores ambientales, como aditivos alimentarios y productos químicos, con problemas de salud pública. Kennedy también ha propuesto eliminar colorantes artificiales del suministro alimentario, argumentando que muchos de estos ingredientes, prohibidos en Europa, son perjudiciales.
Cambios en políticas alimentarias y críticas a la industria
Kennedy ha centrado gran parte de su discurso en reformar el sistema alimentario estadounidense, criticando a la industria alimentaria y farmacéutica por lo que describe como «prácticas engañosas». Ha abogado por prohibir alimentos ultraprocesados y ciertos aditivos en programas como el Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP), a pesar de que este programa está bajo la jurisdicción del Departamento de Agricultura (USDA). Esta intervención ha generado tensiones con la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, especialmente después de que Kennedy prometiera aprobar restricciones a bebidas azucaradas y comida chatarra en SNAP, según reportes de Politico. Funcionarios del USDA expresaron preocupación por la falta de coordinación y los desafíos legales de estas propuestas.
Además, Kennedy ha cuestionado la fluoración del agua, apoyando la reexaminación de los estándares nacionales de fluoruro por parte de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Aunque la fluoración es considerada uno de los mayores logros de la salud pública del siglo pasado, Kennedy ha argumentado que puede tener efectos negativos, una postura que ha generado críticas de expertos en salud pública.
Postura sobre vacunas y salud pública
A pesar de su historial como activista antivacunas, Kennedy ha moderado su discurso durante las audiencias de confirmación, asegurando que no desalentará ni prohibirá las vacunas. Sin embargo, ha mantenido su escepticismo, prometiendo revisar las recomendaciones de vacunación y eliminar las protecciones de responsabilidad para las compañías farmacéuticas. Esto ha alarmado a la comunidad científica, con más de 17,000 médicos firmando una carta abierta en diciembre de 2024 instando al Senado a rechazar su nominación, argumentando que sus posturas podrían socavar la confianza en las vacunas.
Kennedy también ha propuesto revisar el funcionamiento de agencias como la FDA, el CDC y los NIH, sugiriendo una «reestructuración» para combatir lo que él llama una «guerra contra la salud pública». En 2024, prometió despedir a 600 empleados de los NIH, aunque no se han confirmado despidos masivos hasta la fecha. Su enfoque en terapias alternativas, como psicodélicos y células madre, ha generado tanto apoyo como escepticismo, con críticos argumentando que carecen de evidencia científica suficiente.
Influencia internacional y colaboraciones
El alcance de Kennedy no se limita a Estados Unidos. El 23 de abril de 2025, se reunió virtualmente con el ministro de Salud de Argentina, Mario Lugones, para discutir una agenda sanitaria conjunta, según un post en X. Ambos líderes expresaron interés en combatir enfermedades crónicas y mejorar la calidad alimentaria, destacando una colaboración que podría influir en políticas de salud en América Latina. Además, el HHS, bajo Kennedy, continúa desempeñando un papel importante en la salud global, con un presupuesto de 1.6 mil millones de dólares en 2024 para iniciativas como la planificación familiar y la prevención de pandemias, según NPR.
Reacciones y controversias
La gestión de Kennedy ha sido profundamente divisiva. Sus partidarios, incluidos aliados como los senadores Rand Paul y Ron Johnson, celebran su enfoque en desafiar a las industrias farmacéutica y alimentaria. En X, usuarios como
@eduardomenoni
han elogiado su confirmación como una «enorme victoria» contra la «farmafia» y las «vacunas experimentales». Sin embargo, sus críticos, incluidos demócratas y expertos en salud, lo acusan de promover teorías conspirativas y desinformación. Más de 75 premios Nobel se opusieron a su nominación en diciembre de 2024, argumentando que pondría en riesgo la salud pública.
Internamente, algunos aliados de Trump han expresado preocupación por la funcionalidad de su oficina y su tendencia a involucrarse en áreas fuera de su jurisdicción, como la vacunación contra la influenza aviar, donde contradijo planes del USDA. Una encuesta reciente citada por Politico mostró que su índice de favorabilidad está 5 puntos por debajo del promedio, aunque sigue siendo más alto que el de otros funcionarios de la administración Trump.
Conclusión
En sus primeros meses como Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr. ha establecido una agenda centrada en combatir las enfermedades crónicas, reformar el sistema alimentario y revisar las políticas de salud pública, todo bajo el paraguas de su campaña MAHA. Aunque sus propuestas han generado entusiasmo entre quienes buscan un cambio radical en el enfoque de la salud, también han desatado críticas por su falta de evidencia científica y su intervención en áreas fuera de su competencia. Mientras Kennedy continúa navegando un panorama político y científico complejo, su impacto en la salud de los estadounidenses y en la política global de salud será un tema de intensa atención en los próximos años.