Luis Bru.
La obsesión globalista en eliminar población hace que las mentes de a pie colapsen ante el exceso de información. Enrique de Diego dio la voz de alarma en junio de 2021 con «Yo no me vacunaré», un hito que multitud de fatuos intentan anotarse a toro pasado. El escritor segoviano fue el primero en mostrar su oposición frontal a la campaña de vacunación en ciernes. Y lo hacía pertrechado por una sólida investigación, nacida de la desesperación al confirmar que los protocolos médicos estaban sesgando vidas en los hospitales. Si mostrar oposición a las vacunas cuatro años después todavía es una herejía, el acto de De Diego cobró especial valentía al hacerlo en el momento apremiante. De un libro como «Yo no me vacunaré» nació un movimiento, una masa combativa que se opone a los planes de los genocidas. «Yo no me vacunaré» es algo más que un libro, es la cristalización de una resistencia heroica personificada en su autor.