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Carta del Editor: La ventolera de un tal Fernando Díaz Villanueva

Redacción




Enrique de Diego.

Ideé y organicé varios años las Jornadas Liberales Iberoamericanas en Benidorm. Hermanand las liberales de las dos orillas del Atlántico, así vinieron Jean François Revel, Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo, Alberto Benegas Lynch, Jesús Huerta de Soto, entre otros. La segunda idea fuerza era dar a a conocer el liberalismo, con la máxima categoría. Cada dos años, debían tener lugar en una nación iberoamericana, a poder ser donde más en peligro estuviera la libertad. Los hispanoamericanos demostraron ser muy cucos y nada idealistas, pues era unánime que, aprovechando el viaje, prologaran la estancia para visitar su editorial o a su agente en España.

Tomó el relevo Federico Jiménez Losantos llevándoselas a Albarracín -marco magnífico- con un formato más para andar por casa, con menos hispanoamericanos. Era casi una reunión de amigos. Deambular por Albarracín es una delicia. Lo pasé muy bien en este segundo formato, a pesar de que Losantos estuvo pesado reiterando anatemas y bramando maldiciones contra los «liberales egipcios». Ponía las manos como los antiguos egipcios pintados en las pirámides. El ataque, al parece, iba contra Lorenzo Bernaldo de Quirós y el peruano Fernando Iwasaki.

Pues en aquellas Jornadas Liberales Iberoamericanas había cuatro jovencitos, discípulos de Jesús Huerta de Soto, que decían algunas estupideces mayúsculas y francamente inmorales, como considerar lícito el tráfico sexual de menores o la compraventa de órganos. Me pareció que uno era Fernando Díaz Villanueva, pero puede que no; no les presté mucha atención.

Las últimas semanas de Fernando Díaz Villanueva están siendo penosas. El poco crédito que podía tener en la disidencia lo ha perdido pues es un jodido globalista, en plena ventolera ucraniana, proabortista y como firme partidario del tontainas laborista, corrupto desde el primer día, de Keir Starmer. Dice el inconsistente fabulador de Villanueva que «al margen de la opinión de cada uno, el aborto en el Reino Unido es un derecho y, para que quien quiera ejercerlo pueda hacerlo sin coacciones, el parlamento decidió en 2023 fijar una zona de 150 metros en la que está prohibido manifestarse, repartir publicidad y rezar. Te puede gustar o no, pero votó a favor el 72% de los diputados. Por lo demás, me gustaría que me dijeses qué regiones del Reino Unido (o de la propia España) están «en manos del islam». Nunca había visto una defensa de las normar legales positivistas claramente inmorales. En cuanto a la segunda cuestión, no hay más ciego que el que no quiere ver, pues se puede dar un paseo por Londres o Birmingham, por citar dos ejemplos. Apología de Starmer y de George Soros.

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En cuanto a la ventolera ucraniana, las posturas de Villanueva serían coherentes si se hubiera enrolado en el nazi Batallón Azov, pero jugar, belicoso de opereta, con la vida de los hijos de los demás es una canallada de cobardica. Defender las fronteras de Stalin es un servilismo globalista como los valores europeos: cocaína, mariconeo, deuda pública, recortes a la libertad de expresión, corrupción a gran escala, etc., contravalores. ¿No serás tú, Fernando Díaz Villanueva, uno de esos liberales egipcios?