Enrique de Diego.
Me cagó en el engendro globalista Vicente Vallés y en todos sus muertos diez mil veces.
La cantidad de estupideces y gilipolleces insustanciales que se evita uno no viendo la televisión. Ahora resulta que Vicente Vallés ha conseguido cierta notoriedad y relevancia como la esperanza blanca de la derecha pepera y aún de la disidencia desnortada, cuando no es más que un melifluo engendro globalista.
Su intervención, que ha levantado ampollas e indignación en twitter, sobre la entrevista entre Donald Trump y Volodomar Zelensky es paradigma de la manipulación más abyecta y demostración que Vicente Vallés es un ventrilocuo de Blackrock y de lo más abyecto del pútrido globalismo.
Sus pellizcos de monja al sistema es un juego ordenado y consentido que se mueve en la periclitada y mendaz dialéctica izquierda y derecha. Ya era hora de desenmascarar a este pazguato de Atresmedia, que favoreció la timo vacunación, el aplauso a las 8 y toda la mierda de la pandemia, como ahora brama con la voz indignada de un chiquillo, ya digo, melifluo por los intereses del complejo militar industrial. Zelensky se rinde, Donald Trump vence y Vicente Vallés es el papel higiénico en que se limpia el culo Mauricio Casals, Javier Bardají y José Crehueras. Que aquí nos conocemos todos.
Vicente Vallés es más falso que un Judas de plástico.