Luis Bru.
La persecución judicial contra Enrique de Diego no ha terminado, aún queda flecos, como la pretensión del letrado Jaime Sirvent Sala de cobrar por unos servicios que nunca realizó o hizo de forma ineficiente, sin conocimiento ni aceptación de Enrique de Diego.
Publicamo0s el escrito9 de recurso de revisión presentado por Enrique de Diego, que hemos titulado el timo del abogado:
Con intensa hilaridad he leído las alegaciones de Jaime Sirvent Sala, por las que llegó a la evidente conclusión de que, en 17 folios, ha conseguido evacuar bastante más literatura que en lo que califica de mi escuálida y muy deficiente defensa, aunque en abierta contradicción se permite decir que he calumniado a Dª …, siendo así que ella y yo hemos llegado a un acuerdo extrajudicial. ¿Cómo osa quien afirma haber sido mi abogado juzgarme culpable? Valiente abogado de pacotilla, asumiendo las funciones de juez sin tener titulación para ello, ni pericia. Eso le inhabilita para los restos. Debía tener la decencia de abandonar la abogacía. Debía haber renunciado desde el primer momento y no osar escribir un escrito de defensa, como un vulgar leguleyo falsario.
Item más me dice que soy “impune”: al “igual que se cree tan impune con cada letra y palabra que escribe en su periódico digital sin tener consecuencia alguna”. ¡Menudo abogado defensor! Vade retro, Jaime Sirvent Sala. Con esos criterios, cualquiera puede ver que no ha tenido ninguna intervención en el acuerdo extrajudicial exculpatorio por el que pretende cobrar como un timador.
A tenor de opiniones de letrados experimentados consultados, Jaime Climent Sala ha rozado el delito no poniéndose en contacto conmigo ni una sola vez, ni informándome de la marcha del procedimiento a través del procurador, a pesar de constar con todos mis datos personales en el Juzgado que dice haber visitado todas las semanas. Jaime Climent Sala miente.
Tan prolijo escrito de alegaciones sólo muestra su avaricia y su espíritu mendaz, pues nada de lo que dice se compadece con la realidad. No hizo la hoja de encargo profesional, ni se estableció ninguna relación contractual, ni me pasó ninguna minuta, por la simple y sencilla razón de que no me ha conocido, hasta que el día en que el abogado de la denunciante me informa de la aceptación del acuerdo, en los términos propuestos por mí, y me dice que llame a un tal Jaime Climent Sala, que no es obligado pero es deferencia, quien se muestra, telefónicamente, como un vulgar chantajista.
Jaime Climent Sala trata de apropiarse de la autoría del acuerdo extrajudicial lo cual es absoluta mentira. Tal acuerdo fue propuesto por mí en sus cláusulas –retirar toda referencia de Rambla Libre, no volver a referirme a ella, sin retribución económica alguna por mi parte- cuando era representado por el Letrado Rafael Ramos Rodríguez. Jaime Climent Sala nada ha tenido que ver con el acuerdo. Nada de nada. En mis casi 50 años de trayectoria profesional, cuando a los 17 años empecé a trabajar en Abc, nunca se ha puesto en duda mi palabra ni he dicho ni escrito una mentira. Me avergüenza y sonroja ver a Jaime Climent Sala arrastrarse y desfondarse por la senda de la mentira irrestricta y arremeter, para mi sorpresa, contra el Juzgado y el Letrado de la Administración de Justicia, incluso hacer críticas contra el turno de oficio.
Como dice El Quijote, personaje literario al que venero, “mis camas son las duras peñas y mi descanso el pelear”. En mis casi 50 años de trayectoria profesional, siempre he buscado la verdad y no he vendido mi pluma ni mi palabra a ningún postor; prueba de ello es que en los siete procedimientos penales que he sufrido he terminado siendo absuelto, por lo que son propios de bajeza moral las insidias que establece sobre mi Jaime Climent Sala.
Entiendo como un estricto elogio el que por tres veces, en su escrito de alegaciones. me califique de “astuto”, pues en el Diccionario de la RAE se dice que significa “agudo, hábil para engañar o evitar ser engañado o para lograr artificialmente cualquier fin”. Se compadece conmigo el “evitar ser engañado”.
Otrosí digo que acudiré al Tribunal Constitucional para defender mi derecho frente al atropello y elevaré mi queja al Consejo General del Poder Judicial.
SUPLICO AL JUZGADO que se me declare libre de toda obligación pecuniaria respecto al falsario Jaime Climent Sala, por no tener ninguna relación contractual conmigo, haber hecho dejación absoluta de sus responsabilidades como abogado, mentir tratando de apropiarse de la autoría de un acuerdo extrajudicial y tener tan ladina opinión de mi, impropia a todas luces de un abogado defensor.
Que se reconozca mi insolvencia pues no tengo otros ingresos que una magra pensión, legalmente inembargable, como tengo acreditado. Jaime Climent Sala alucina cuando me califica como que tengo un diario digital, pues en realidad tengo un blog, Rambla Libre, que no tiene publicidad y tanto yo como los que me han querido acompañar en esta bizarra aventura no cobramos. No tengo ningún patrimonio. En mi hambre mando yo.