Javier de la Calle.
«No me vengáis con el cuento de es que no genera», escribió Sandra Riquelme en una de sus actuaciones más memorables. Como especialista al fútbol femenino, ese pseudodeporte deficitario, Riquelme es adicta a la deuda, del mismo modo que lo es el medio en el que hace un periodismo woke. A Riquelme se le ha ido la voz en las dos últimas semanas. Su frenesí por ensalzar a las depravadas futbolistas se ha frenado en seco. Sandra Riquelme ahora no analiza cada movimiento de la noticia que más transcendencia ha tenido sobre fútbol femenino: la agresión sexual de Mapi León. Riquelme adora a la lesbiana aragonesa, e intenta minimizar el escándalo. También ha perdido fuerza conforme Luis Rubiales se defendía. Según el portal Dircomfidencial, el 70% de la plantilla de Relevo se postula para un comité de empresa que sirva de endeble barrera de cara a los despidos masivos que se avecinan en un medio deficitario. Como cara visible del fútbol femenino, apuesta política de Relevo, Riquelme es una de las principales señaladas del naufragio del deportivo de Vocento. Como adicta a la deuda, si quiere continuar tapando con su silencio a Mapi León, posicionarse de cara a los despidos tras la salida de su compañera Natalia Torrente es casi la única vía para Sandra Riquelme.