Enrique de Diego.
Donald Trump lo quje está haciendo, lo está haciendo bien. A los woke hay que cortarles los suministros, que se hundan en su ponzoña.
Trump ha eliminado los departamentos DEI de las empresas, de las Fuerzas Armadas; ha prohibido que se castre a los niños, delirante práctica hecha por médicos desaprensivos. Ha cortado otras agrupaciones fantasma como USAID, tapadera de juegos sucios como la intervención en Ucrania.
Los woke sólo se mueven por dinero…público. Depredan el Estado. No hacen otra cosa que aumentar la corrosiva deuda pública, que va a hundir a las naciones. Consideran que, en su podredumbre revestida de falsa supoerioridad moral, deben ser pagandos con el dinero de todos, mientras hacen la vida imposible a los contribuyentes, que están hartos de ellos.
Hay focos de resistencia abracadabrante como la fiscal del estado de Nueva York. Antes que sus ensoñaciones imperialistas, Trump debe reconquistar Nueva York y California, que están perdidos en la ciénaga woke y ya no son Estados Unidos, sino una pocilga.
A los woke hay que perseguirlos, no hay que concederles ni el pan ni la sal. Hay que negarles el trabajo. No deben encontrar trabajo los egresados de las facultades de las mal llamada ciencias sociales. Tienen que encontrar el vació todos los que se han formado, destruyendo la sociedad, en la ideología de la raza crítica y la ideología de género. Hay que acabar con ellos y que nunca osen levantar cabeza. Hay que perseguir a esos médicos castradores y que no vuelvan a formar parte de los hombres civilizados.
Donald Trump ha comenzado la tarea, es deben imperativo de todos, de la sociedad terminarla.