Enrique de Diego.
Eres el personaje más infame de la Creación, el ser más inmundo, eres la peor vergüenza para Colombia, Gustavo Petro, debiste ganar las elecciones en la tómbola de George Soros, con las máquinas trucadas de Dominion y de Indra; eres el lacayo adiestrado del globalismo; el felpudo que pisa y se arrastra sobre sus vómitos diciendo tonterías al peso, mentiras groseras sobre el timo calentamiento güeval y sobre la timo vacunación y lo que te pongan tus amos por medio, so lameculos de las satanoélites, y de los ‘migrantes’, so gilipollas; eres la puta vergüenza de Colombia, peor que Pablo Escobar, que, por lo menos, no cuestionaba el sacrosanto derecho a portar armas.
Eres un enemigo de la Humanidad. Un poso de mierda, que vas de buenista y pareces salido de las páginas de mi libro «El virus woke», terrorista primero, alias «el cacas», porque te lo hacías encima, marxista-leninista, hasta que se acabó el roolo, y entonces te hiciste un degeneradísmo woke.
Todo con tal de no dar un palo al agua. Siempre has sido un puto político profesional, un vividor del cuento. Dices, y te quedas tan ancho, so mameluco, que «un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con la dignidad que un ser humano merece”, escribiste en X. “Por eso hice devolver a los aviones militares estadounidenses que transportaban migrantes colombianos”. Tienen que huir de ti, de tu asqueroso engendro de «castrochavismo», de tu pútrida propuesta boliviarana socialista, zurdo de mierda. Son, por tu culpa, los peores delicuentes que invaden otro país y violentan sus fronteras.
Tú eres el que los tratas como basura cuando tienes la obligación de recibir a tus connacionales. Basura inmunda, Gustavo Petro, de los cojones, tonto de los huevos. Te mereces que los soldados norteamericanos acantonados en las seis bases em Colombia recibam la orden de atacar el palacio presidencial y te cagues por la pata abajo.