Enrique de Diego.
Este artículo no tiene otra finalidad que dar las gracias a Santa Bárbara, virgen y mártir de manera terrible y dolorosa, y fortalecer vuestra fe. Dice el dicho popular que de Santa Bárbara sólo nos acordamos cuando truena, pues es patrona contra las tormentas, pero poca gente sabe que también lo es en los procesos penales. A ella he acudido en mi ascensión al Gólgota judicial y se ha lucido, nunca me ha fallado.
Dice mi hijo que de las numerosas novenas a los santos que cada día hacemos en mi casa, en familia, la novena a Santa Bárbara está desvencijada y manoseada. A ella le he rezado insistentemente cuando se acumulaban los procedimientos penales, cinco, y en el mundo todos me dejaban solo. En esos momentos, uno acude a los poderosos y Santa Bárbara lo es y mucho.
Ya veía cernir la sombra de la cárcel, a lo que estaba dispuesto como hombre libre, y en dos ocasiones, una tras recibir una soberana paliza de diez policias, cinco dotaciones, que allanaron mi domicilio; fui llevado al calabozo, donde lo pasó bien, porque oró sin que nadie me distraiga; pues bien, basta con caer en un procedimiento para tener antecedentes penales, y al siguiente entrar en prisión.
Está todo el sufrimiento, infringido a mi familia. Todo el desasosiego, toda la inquietud, toda la angustia de mis seres más cercanos.
De cinco procedimientos penales me ha librado, a cual más injusto. Bendita Santa Bárbara. Has hecho maravillas con esta pobre persona, que te ama con locura. Acudid a los santos, que interceden por nosotros. Y también a los Ángeles Custodios: estaba yo queriendo llamar la atención para que me atendieran en la Fiscalía de Elche, ya cansado, oré a los Ángeles Custodios de todos los funcionarios que charlaban sin hacerme caso, cuando de pronto les dio a todos como un calabrazo y dos vinieron a atenderme.
Gracias, de todo corazón, Santa Bárbara.