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La enseñanza pública es un agujero negro de deuda pública

Redacción




Enrique de Diego.

Ha creado escuela la famosa, y falaz frase, de la ex vicepresidenta del Gobierno socialista, Carmen Calvo de que «elo dinero público no es de nadie»

En el escándalo de @FonsiLoaiza por su depredación del dinero público en las bibliotecas estatales, ha terciado la charo woke María Péres Cuesta @Mapecuesta331 jaleando a tales bibliotecas, financiadas con dinero público, que es de todos los contribuyentes, a que adquiera más libros de su hijo, y alardeando de haber sido 35 años profesora de Lengua y Literatura, de haber cobrado del Presupuesto en uno de los mayores agujeros negros de deuda pública.

Los adoradores de la mafia estatal, siempre instlados en la teta de la vaca del Estado, jugadores del pilla pilla presupuestario, contestan con exabruptos sin pizca de racionalidad. Un tuitero depredador sale en defensa de la charo woke: «L’educació pública no augmenta el deute públic. És la corrupció sistèmica i l’evasió fiscal dels franquistes.».

Otro tuitero del mismo palo depredador dice: «Hay que ser mastuerzo, garrulo y clasista para decir que un profesor es un lastre para un país». Recurriendo al argumento ad hominem para ocultar la realidad.

Un tercero que elegimos como muestra añade: «Un profesor público no vive a costa del contribuyente, ya que está ofreciendo a este un servicio a canvio (sic), al qual (sic)  puede (sic) acceder personas que por via privada no podrian, la qual (sic) cosa hace de su trabajo algo muy digno y esencial para la evolución de la sociedad». El argumento clásico de que en educación y cultura se puede dedicar cualquier dinero público, que como no es de nadie..
Lo cierto es que estamos ante uno de los más grandes y monstruosos agujeros negros de la deduda pública nacional, que ha alcanzado el punto de no retorno con el 130 del PIB, de forma que cada niño nace en España, no con un pan bajo el brazo, sino con una deuda por cabeza de la bonita cifra, e insoportable, de 30.000 euros. La realidad es que vivmos de deuda y ésta al final se paga.

Según el último informe del Fondo Monetario Internacional, publicado el 15 de octubre de 2024, prevé que la deuda pública mundial superará los 100 billones de dólares en 2024, lo que equivale aproximadamente al 93 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial, y podría acercarse al 100 por ciento del PIB a finales de la década. Estados Unidos, en particular, se enfrenta a riesgos significativos si no se ajustan urgentemente las políticas fiscales.El informe subraya que los países, incluido Estados Unidos, deben hacer frente a los riesgos de la deuda con estrategias fiscales cuidadosamente elaboradas. Advierte que los niveles de deuda podrían ser peores de lo previsto debido a las grandes presiones de gasto, la considerable deuda no identificada y las proyecciones de deuda excesivamente optimistas.

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“La experiencia demuestra que una deuda elevada y la falta de planes fiscales creíbles pueden desencadenar una reacción adversa del mercado, limitando el margen de maniobra frente a las turbulencias”, escribieron los economistas, subrayando la necesidad de medidas proactivas como la reducción del gasto. Citamos al FMI para ver si a los depredadores del gasto estatal se les cae la cara de vergüenza, pero no hace falta, porque todo el mundo puede entender que no se puede engañar a la gente gastando más de lo que se ingresa. Eso, sostenido en el tiempo, lleva a la bancarrita del Estado.