Javier de la Calle.
Novak Djokovic es un ejemplo en todo, en negarse a que le inyectaran el veneno letal, a pesar de la campaña desatada contra él, y en la educación de sus hijos: «Mis hijos todavía no tienen teléfono móvil y mi mujer y yo estamos peleando. Ellos se quejan y dicen: ‘En el colegio todo el mundo tiene excepto nosotros’. No es una situación fácil, porque es el reflejo de lo que ocurre también en otros niveles», señala el tenista en la entrevista con la cadena Blic.